“Hoy la derecha está muy fortificada a nivel internacional”

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El periodista y director de Resumen Latinoamericano, Carlos Aznarez, habló con VillaNos Radio sobre el intento de golpe de Estado contra el presidente Luis Inacio Lula Da Silva y afirmó que lo ocurrido “no es una sorpresa lo que ha ocurrido”.

“Recordemos que apenas se conocieron los resultados electorales que le dieron el triunfo a Lula, esta misma gente que se movilizó bloqueando rutas, quemaron algunos edificios. Es decir: hicieron una demostración de fuerza de no aceptar el resultado electoral. Posteriormente, hubo también un atentado, donde se descubrieron armas. Esta gente está muy bien armada, ya que durante el gobierno de Bolsonaro se facilitó que pudiesen comprar armas como en Estados Unidos”, repasó el analista. 

Lula da Silva denunció la complicidad de los militares en el intento de golpe de Estado cuando miles de seguidores de Jair Bolsonaro invadieron los palacios de la Presidencia, el Parlamento y el Supremo Tribunal Federal ubicados en el centro de Brasilia. Al respecto, Aznárez fue categórico y afirmó: “Las fuerzas de seguridad fueron cómplices”. 

“Estaba arreglado. Por eso el secretario de seguridad se va. Miraron a un costado para que la gente avanzara. Tiraron unos gases lacrimógenos como para hacer que estaban resistiendo. Recién cuando Lula decide intervenir  Brasilia, ahí entra otro tipo de fuerza de seguridad, que es la que controla el tema. Y le costó, porque incluso recién a la noche pudieron controlar los tres lugares que habían sido tomados. 

“Lula está obligado a hacer una depuración de fuerzas armadas y fuerzas policiales. Si no lo hace, comprará un problema a mediano y a largo plazo, porque si no le pasará lo de Bolivia. Si Lucho Arce no toma medidas más extremas  con Santa Cruz, el problema se va a extender a otros lados. Ahí tenemos a dos países en América Latina que están en una pauta diferente, por la reacción que tuvo Lula”. 

El periodista también puso la mirada en la participación de Jair Bolsonaro, cuya partida hacia los Estados Unidos calificó de sospechosa. “Evidentemente, la ida de Bolsonaro es para facilitar también esto. Él ahora critica muy tibiamente estos hechos, pero está claro que le dio aire a sus partidarios para que generen una rebelión de ultraderecha. No sé si pensaban que iba a cuajar la caída de Lula, pero sí generan un desgaste fuerte a una semana de que asuma.

“Tomar los tres poderes a la vez y con miles de personas, generando una ruptura de todo lo que hay ahí adentro, es demostrar que la democracia con ellos no va. Además está la huída organizada de Anderson Torres, que es el secretario de seguridad de Brasilia, que se fue con su familia el día anterior a Estados Unidos a refugiarse. Todo esto ya estaba planificado. Y esto no termina. Lula ha tomado medidas muy importantes y hay que felicitarlo, como intervenir Brasilia”. 

Para el periodista, la clave pasa ahora por potenciar la legitimidad de Lula a través de medidas que lleven a condenar a los responsables del intento de golpe de Estado y reforzar la base popular del gobierno con medidas económicas que lleven a atender las necesidades de las mayorías.    

“Yo siempre dije que Lula tiene que gobernar los cien primeros días como si fuera al todo o nada, porque en esos cien días todavía tenés el calor de tu pueblo, la gente está reclamando cosas, y si vos empezás a dar pautas de que vas a cumplir con lo que prometiste te fortificás frente a este tipo de hechos. 

“¿Qué lo favorece a Lula? Le favorece que, internacionalmente, se ha visto este intento de golpe muy mal; hasta los yanquis han tenido que salir a apoyar a Lula. Pero eso dura un tiempo. Depende de la fortaleza de Lula y del pueblo en la calle, cuando sale la gente a movilizarse masivamente, cosa que hay que hacer para defender tu gobierno. Y también dependerá de que no cedas terreno y vayas generando avances en lo que la gente está demandando. Brasil está en una situación económica muy mala, pero puede salir porque tiene todo para salir adelante. Y las relaciones exteriores que Lula ya está anunciando le pone otra vez con un liderazgo importante en el continente. Brasil vuelve a tener la idea de pisar fuerte en la CELAC, en la UNASUR, en MERCOSUR, y eso lo va a ayudar a Lula. 

“Va a tener sus quince minutos de fortaleza, incluso después de este intento de golpe, porque tiene a todo el mundo mirando a Brasil y diciendo que esto no se puede tolerar. Si no avanzás y empezás a ceder te pasan por encima. Y hoy la derecha está muy fortificada a nivel internacional, no es poca cosa. Estamos peleando con personajes que emergen en todos nuestros países, como Milei, Macri. En cada país tenemos un Bolsonarito con ganas de apoderarse del gobierno. Brasil está hoy en una situación de tensión, pero una tensión que le puede facilitar gobernar a Lula mejor de lo que se imaginaba”. 

¿Qué medidas audaces tiene que tomar Lula para neutralizar estos intentos de golpe?

Mirá, Lula está urgido por el tema del hambre de la gente. Solucionar mínimamente la situación de esos treinta o cuarenta millones de brasileños que están bajo la línea de la pobreza. Con los nombramientos de los ministros que se han hecho, parece que han decidido entrar de lleno con eso. Otro tema es la lucha contra el extractivismo, los agronegocios, es un tema muy difícil. De hecho, ha hecho una de cal y una de arena. Ha nombrado un ministro que está en esa línea, pero hay otro que tiene relaciones con estos sectores agrotóxicos. Es un tema que le ha costado, así como también a Dilma (Rousseff), que no cumplió con las demandas que planteaban los sin tierra.  

El otro tema es como generás una economía de guerra, porque tenés que hacer una economía en la cual, por un lado, le des esperanza y cosas concretas a los más golpeados por la crisis, y por otro lado, manejar con muñeca muy elástica las relaciones con la burguesía. La burguesía es un poder en Brasil; voltea y cambia presidentes. 

Y el otro tema es procurar que las iglesias te coman el territorio. O sea, empezar a caminar con propuestas. ¿Qué venden las iglesias evangélicas, generalmente? El cielo en la tierra. Entonces vos tenés que pelear contra ese discurso, que es un discurso de vender humo,pero que se vende muy bien. Vos tenés que demostrar que el cielo si está en la tierra, dándoles posibilidades de empoderamiento a quienes las iglesias generalmente ganan, porque la izquierda retrocede.

Desde mi punto de vista, la izquierda está en un problema en general en el continente, ha perdido terreno y la derecha ha avanzado sobre ese terreno. Lula tiene la posibilidad de volver a pesar fuerte en el terreno de los más humildes. Ahí la derecha te va comiendo ese terreno, con un discurso ultra pero con el discurso que se vayan todos también. Entonces vos tenés que tener un discurso que trate de enfrentar al otro discurso, pero con cosas concretas y no vendiendo humo. Y no, prometiendo y no cumpliendo. Por eso digo que ceder es perder, pero que también prometer y no cumplir es perder.

Perú se enfrenta a eso. ¿Puede salir airoso de esta batalla? Sí, siempre que esté relacionado en un ida y vuelta permanente con las masas, con el pueblo. Cosa que en otros períodos pasó eso, como en el primer período de Lula. Pero después se fue aburguesando la política del PT. Hoy tiene las posibilidades; tiene un pueblo que lo votó, pero hay un pueblo que está dispuesto a derrocarlo. Fijate qué tremendo. Entonces, tenés que tratar de restarle poder al bolsonarismo. ¿Cómo le restás poder? Y bueno, con medidas prácticas, con medidas que le permitan a la gente no seguir perdiendo salario, tenés que ganarte a los trabajadores. Los trabajadores votan, pero no se han movilizado en Brasil como se tenían que haber movilizado. Están cómodos en sus salarios también, y hay una masa enorme que no tiene trabajo y que tiene que pelear todos los días para comer. Estas son las enseñanzas que tenemos de este proceso. Lula es un político de raza, no es un recién llegado. Sabe que va a tener que lidiar con esto. Y yo creo que tiene las posibilidades de ganar, en los términos que se usa hoy ganar, que no es tener todo el poder; por lo menos, gobernar y no ser asediado tanto como va a intentar hacer la derecha con él.              

Ese entramado de las iglesias evangélicas con la derecha, ¿está presente en otros países de la región?

Se está dando en todos los países de la región, incluso en Cuba. Se dio cuando se votó el código familiar, con la oposición que estas iglesias le dieron al discurso de la revolución. Y aquí en Argentina basta caminar por los barrios. Hay iglesias con el nombre que quieras, y generalmente con posiciones de derecha, aunque no todos son así. Hay evangelistas que comulgan incluso con la teología de la liberación, a la que estábamos acostumbrados en otra época. Lula, incluso, hizo cierre de campaña con evangelistas de izquierda o más populares. Pero están en toda la región, Paraguay, Uruguay y acá en Argentina mucho, y sobre todo en los barrios humildes donde los pastores tienen un poder. 

Hay dos poderes que vivimos en los barrios generalmente: el del narco y el de las iglesias evangelistas, con mensajes realmente embrutecedores, más que prometedores, aprovechándose de los bajos niveles de conciencia y cultura que las políticas neoliberales han dejado en nuestros territorios. En Perú es tremendo, de hecho las iglesias evangélicas le tiraban toda la bronca, y están muy vinculadas con los militares y los policías. En Bolivia lo vimos durante el golpe. Eso es peligrosísimo. Vos podés depurar las fuerzas armadas, ¿pero cómo hacés para depurar las iglesias? ¿Quién le pone el sayo? No es nada sencillo, porque no es fácil meterse en ese ambiente si no estás ahí. Acá, durante la primera época de Cristina (Fernández), en algunas iglesias se llamaba a matarla, hay videos de eso. 

Entonces, estamos enfrentando varios factores que tienen que ver con el avance de la derecha y de la ultraderecha. Se hablaba mucho en estos días de lo parecido que era esto con lo del asalto al Capitolio en los Estados Unidos. Ya se habla de un trumpismo brasileño. Las relaciones de Bolsonaro con Trump son muy fuertes. Venimos de ver una reunión de la ultraderecha mundial, a la que fue Milei y fue muy aplaudido, y ahí estaba Vox de España, Trump en un video, o sea, ellos están armando una Internacional para avanzar sobre, vuelvo a decir, una izquierda alicaída, devaluada, y como máxima expresión de salud, la socialdemocracia. Con eso no vamos ni a la esquina, porque es débil. La derecha está envalentonada.

Por eso digo que Lula tiene una oportunidad, y es a sus 77 años pararse frente a estos avances y enfrentarlos. Ahora, tiene que enfrentarlos con cosas muy claras, dándole a la gente lo que le está demandando o, por lo menos, intentando hacer eso. Y, por otro lado, refugiarse en la gente. Lo comparo con Castillo. Castillo perdió porque no se refugió en la gente. Obviamente, ahora la gente sale a defenderlo porque lo que viene es mil veces peor, pero no hubo contacto, cable a tierra en ese sentido. 

Si se encierran en el gobierno, en la cúpula o el gabinete, peleándose unos con otros pensando en la elección que viene, se olvidan del pueblo. Y Argentina es un ejemplo. La gente dice mirá cómo se pelean arriba, unos contra otros en el Frente de Todos, y abajo la gente está padeciendo. Entonces, ahí avanza la derecha. Cuando pasan estas cosas, es cuando la derecha se cuela. Está cantado. Por eso nos viene bien que pase esto en Brasil, porque nos sirve para el resto.         

Se trata de ver qué democracia fortalecés, porque hay que cambiar el concepto de qué democracia queremos fortalecer. Porque si seguimos fortaleciendo esta democracia llamada representativa, donde el Parlamento es la figura más sublime de la democracia, seguimos equivocándonos. Tenemos que fortalecer una democracia participativa, y para eso tenés que tener una asamblea constituyente, algo que incluya a la gente y no que la gente quede representada por los parlamentarios que, generalmente, son todos chantas; la mayoría cuando llegan se olvidan del pueblo. Tenés que tener algo que la gente participe, y para eso hay que dar un paso y no tener miedo y ser audaces en ese sentido. Venezuela lo hizo y dura. Cuba tiene un tipo de democracia que le permite seguir. Y hay otros que lo están intentando. Aquí estamos lejos de eso, lamentablemente. Seguimos creyendo que el Parlamento, que las elecciones, que todo eso va a hacerlo bien. Y no, ya está demostrado que podrán venir veinte Albertos, veinte Larretas, veinte Macris o veinte Cristinas, y no vamos a salir de este pozo, porque somos dependientes económicamente. 

Y vuelvo a Lula, porque es un tipo que tiene visión de esto, lo demostró también en su gobierno. Lula piensa en relaciones sur-sur; no tiene problemas en decir que se relaciona con China, con Rusia, con los países árabes, o sea, tiene esa audacia y lo ha hecho. Nosotros, en cambio, ¿con quiénes nos relacionamos? Con Israel, los yanquis, a veces con algunos países de América latina, y a veces no porque “no nos conviene”, y así estamos. Ahí está Brasil como ejemplo y ojalá que le vaya bien a Lula, a pesar de que hay gente de izquierda que dice que no, que Lula es un traidor. Bueno, yo creo que Lula es la expresión de una parte del pueblo, y si él se enreda con el pueblo por lo menos puede llegar a pelear mejor que si se convierte en alguien que le guiña el ojo a uno, y le guiña el otro a la otra parte. Esos son los que pierden, finalmente.