Colonia Caroya: se cumple un año de la muerte de dos jóvenes tras una persecución policial

 El 19 de junio de 2020, Lautaro Guzmán, de 23 años, y Agustín Barrios (20) fueron perseguidos por una moto de la Policía de la provincia de Córdoba que manejaba el oficial Juan Pablo Cano. Después de varias cuadras de persecución, en la intersección de Avenida San Martín y Calle 10, los jóvenes cruzaron un semáforo en rojo y fueron impactados por otro automóvil.

A un año de este episodio, las familias reclaman el esclarecimiento de lo sucedido y la determinación de las responsabilidades. Uno de las demandas principales es el acceso al expediente para lograr saber cómo se viene desarrollando la investigación de los hechos

“No sabemos que sucedió esa noche. Rige un secreto de sumario. No sabemos nada de las cámaras, no sabemos nada de la autopsia. Estamos como el primer día”, expresó a VillaNos Radio Gimena Lescano, tía de Agustín y rechazó de plano las acusaciones sobre un robo o que los jóvenes tenían antecedentes.

Sostuvo que cada 19, al cumplirse un mes de los hechos, las familias y amigxs de los jueves se presentan ante la fiscalía de Guillermo Monti en Jesús María. “Siempre nos dijo lo mismo. A nosotros nos parece raro que ni siquiera el abogado tenga acceso al expediente”, expresó la mujer.

“Queremos saber qué pasó, porqué los perseguían a los chicos. Ellos no eran delincuentes. Nosotros, las familias, lo sabemos. Pero si dicen que venían de robar, ¿dónde están las personas que fueron víctimas del supuesto robo? Todo eso es mentira”, insistió.  

En cuanto a la situación del policía Juan Pablo Cano, las familias no tienen claro si está imputado y si sigue en funciones dentro de la fuerza.  “No sabemos cual es su situación. Primero nos dijeron que si, y cuando se lo fuimos a reclamar al fiscal nos dijeron que no estaba más en la policía. Todo es medio raro”, expresó Gimena.

Las familias de Lautaro y Agustín se han sumado a integrar la recientemente conformada Comisión Provincial contra la Violencia Institucional. “La gente no tiene conciencia de lo que está pasando con nuestros adolescentes y niños hasta que pasa algo como nos pasó a nosotros. Yo tengo un hijo adolescente y veo como la policía los maltrata, los amenaza. Detrás de todo eso está la discriminación, que si usas gorra o como te vestís. Al tener contacto con otras familias, te interiorizas más de los temas y te da más fuerza para seguir”.