Este verano Córdoba recibió al turismo atravesando una de las crisis hídricas más graves de las últimas décadas. Arroyos caudalosos que están completamente secos, vecinos y vecinas que pasaron 15 días sin agua y canillas que vertían un agua color marrón y con feo olor.
La respuesta del gobernador Juan Schiaretti a esta situación, ha sido la construcción de un acueducto con la provincia de Santa Fe que captará agua del río Paraná. Mario Silber, ingeniero santafesino especialista en recursos hídricos, comparó el impacto de esta obra con el desarrollo de las autovías en Córdoba.
“Hay ecosistemas que se destruyeron, un valor incalculable tiene en pérdidas la construcción de las autopistas. Yo calculo que algo parecido va a pasar con esta obra, va a haber destrucción de ecosistemas. El agua que se brinde a quienes la necesiten va a ser muy cara aparte de ser un proceso viciado desde el principio”, dijo en diálogo con VillaNos Radio.
Además recordó que para esta megaobra “no hubo audiencias públicas, que aunque no son vinculantes, son la forma del pueblo de expresarse. No hubo análisis de impacto ambiental, no le veo sentido a esto”.
También explicó el estado de las principales fuentes del agua que consumen casi 4 millones de cordobeses y cordobesas, que son el acueducto Los Molinos y el Lago San Roque, el cual está “eutrofizado por contaminación de aguas cloacales, el costo de tratamiento es altísimo”. En ese sentido sugirió que los recursos para “este fastuoso acueducto de Coronda a Córdoba se podría invertir en curar a las cuencas que están enfermas hace bastante tiempo”.
Silber aseguró que las cuencas del río Paraná y las de Córdoba están enfermas y enumeró algunas acciones claves para su saneamiento: “Primero sancionar una ley de humedales, segundo controlar los vertidos, tercero forestar, cuarto no hacer ninguna obra que no tenga un analizar de impacto ambiental, quinto hacer un censo tanto de agua subterránea como superficial, saber qué estamos consumiendo para saber qué necesitamos”.
