En el marco de los 50 años del fallecimiento de Agustín Tosco, dirigente histórico de Luz y Fuerza y figura central del movimiento obrero cordobés, la Facultad de Filosofía y Humanidades (FFyH) de la Universidad Nacional de Córdoba organizó una serie de actividades conmemorativas.
Las actividades surgieron de una comisión homenaje impulsada por la agrupación Egresados por la Universidad Pública. “Fue una iniciativa que presentamos hace un par de meses, y finalmente se sumaron egresados, docentes y estudiantes, tanto de Filo como de la Facultad de Artes”, explicó Bianca Tosco, historiadora y nieta del dirigente.
El homenaje buscó destacar el vínculo de Tosco con la Universidad Nacional de Córdoba y con el movimiento estudiantil. “Lo llamamos ‘Huellas de Agustín Tosco en la Facultad de Filosofía y Humanidades’ porque además de recuperar su relación con los estudiantes, buscamos poner en valor las acciones de memoria que distintas generaciones fueron construyendo”, señaló Tosco en diálogo con VillaNos Radio.
La historiadora recordó que, tras el retorno de la democracia, la Facultad impulsó diversas iniciativas de reconocimiento: “Desde los años 90 encontramos resoluciones que nombran espacios con su nombre, como el Pabellón Agustín Tosco y la biblioteca. Todo ese material documental estará disponible en la página web que se presentará durante las jornadas”.
Las actividades también invitaron a reflexionar sobre los años de persecución que precedieron la muerte de Tosco, ocurrida el 5 noviembre de 1975.
“Agustín estuvo un año en la clandestinidad tras el golpe policial contra el gobierno de Obregón Cano y Atilio López, lo que se conoce como el Navarrazo. Fue amenazado de muerte por la Triple A y, tras la intervención al sindicato, perdió su trabajo. En ese contexto se enfermó de una encefalitis, una enfermedad atendible a tiempo, pero al no poder acceder a atención médica, su cuadro se agravó y finalmente falleció”, recordó Bianca.
Pensar el presente
Uno de los ejes del homenaje será la reconstrucción de la biblioteca personal de Agustín Tosco, que Bianca presentó junto a la escritora Graciela Bialet en el Pabellón Venezuela. “Este trabajo lo iniciamos con la Feria del Libro, a partir de los libros que conservó mi abuela Nélida, su esposa. Observamos qué leía Agustín, qué marcas dejaba, y se ve una gran variedad: economía política, historia argentina, filosofía, literatura y formación sindical”, detalló.
Sobre esa faceta menos conocida, agregó: “Queda muy en claro la preocupación por una formación atenta a las problemáticas sociales. No era sólo un dirigente con oratoria natural: hay un libro de anatomía de la voz, por ejemplo. Eso muestra que trabajó su expresión, que sus ideas estaban sostenidas en una formación constante”.
Además, recordó que para Tosco la lectura era también una práctica colectiva: “Juan Villa, que fue compañero suyo, contaba que él siempre proponía lecturas a los compañeros y debates sobre los textos. Las lecturas no eran individuales, sino compartidas. Eso es muy interesante de pensar hoy, cuando prima más el individualismo”.
A cincuenta años de su muerte, la figura de Tosco sigue interpelando. Bianca sostiene que revisitar su legado es una oportunidad para repensar el sindicalismo actual. “Hablar de Agustín hoy es hablar de cuál es el modelo sindical que deberíamos reclamar a nuestros representantes gremiales”, señaló.
Y agregó: “Lo primero es reconocernos como trabajadores para poder reclamar el reconocimiento que merece cada trabajo. Hoy eso no está tan claro, en un contexto de individualismo y precarización”.
