Preocupación en Traslasierra por la reactivación de la mina de Las Tapias

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Vecinxs y organizaciones socioambientales de la zona de Traslasierra, especialmente en Las Tapias y Villa de las Rosas, manifestaron una creciente preocupación por la reactivación de la mina local, que —según denuncian— volvió a operar pese a tener prohibidas sus actividades desde 2023. La presencia de explosiones, movimientos de maquinaria y un polvillo blanco que se expande por varias localidades encendieron las alarmas.

Luis María Jiménez, antropólogo e integrante del Foro Ambiental Traslasierra Línea Fundadora, explicó en diálogo con VillaNos Radio que el conflicto actual tiene antecedentes: “En 2018 hubo una movilización enorme, masiva, que obligó a una empresa australiana a retirarse. Fue la movilización más grande vista aquí en Traslasierra”, recordó.

Jiménez detalló que la situación se complejizó cuando, a mediados de 2023, el ejido de Las Tapias se redefinió dejando fuera el área donde se encuentra la mina. “Quedaron en una zona gris. No está dentro de la jurisdicción de ningún municipio, ni de Las Rosas ni de Las Tapias”, señaló.

En ese contexto, la llegada de un grupo de mineros de origen chino avivó las sospechas de la comunidad. “No sabemos quiénes son ni de qué empresa. Se ha pedido información a la municipalidad y a la Secretaría de Ambiente, y no hemos logrado obtener ningún tipo de respuesta”, afirmó. Con su presencia, volvieron las explosiones y el movimiento de camiones.

El episodio que terminó de activar las alarmas ocurrió en octubre de 2024, cuando vecinos comenzaron a notar la caída de un polvillo blanco —a veces rosado o cremoso— luego de las explosiones. La sustancia se acumuló especialmente en el barrio El Valle, pero también llegó a Villa Dolores tras un fuerte viento.

Lxs vecinxs recolectaron muestras y las enviaron a análisis químico. Los resultados confirmaron que se trata de “harina de piedra”. Un epidemiólogo consultado advirtió que el material es potencialmente nocivo para la salud: “Esto si lo respiran es nocivo. Se llama mal de mina o silicosis”, citó Jiménez, quien remarcó que la inhalación de cristales de sílice “generalmente deriva en cáncer de pulmón”.

El Foro Ambiental verificó que el polvillo se esparce hasta 8,3 kilómetros desde la mina. “Cubre la totalidad de Las Tapias, la mitad de Villa Dolores y la totalidad de Las Rosas”, explicó el antropólogo.

Tras insistentes reclamos, vecinos detectaron que la Secretaría de Ambiente colocó una notificación en la entrada de la mina informando que la explotación estaba inhabilitada desde 2023 por falta de actualización del estudio de impacto ambiental. Sin embargo, la actividad continuó.

“Pese a esto siguieron trabajando. Apenas escuchamos explosiones se hicieron denuncias penales porque ya hay una violación a la ley”, señaló Jiménez.

Coincidencias entre incendios y áreas de cateo

El Foro también investigó la relación entre incendios forestales y pedidos de cateo satelital para exploración minera. Según Jiménez, al superponer la cartografía oficial de Minería y del Plan Provincial de Manejo del Fuego encontraron coincidencias significativas: “Los incendios más grandes coinciden con las áreas de cateo”, aseguró. Esto no sólo se observó en Las Tapias, sino también en Travesía y en otras zonas serranas como Punilla.

Un caso que calificó como “espeluznante” es el incendio de 2023 que obligó a evacuar Cabalango: “La coincidencia es superior al 80%”, afirmó.

Jiménez contextualizó esta reactivación de la actividad minera tras la aprobación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Mientras que entre 1991 y 2022 se registraron 99 minas, “desde mediados de 2024 ya llevamos registradas 251 nuevas minas, más 90 pedidos de cateo satelital”, advirtió.

Para el antropólogo, el interés no se explica sólo por el granito, sino por la presencia de tierras raras como el neodimio: “El gramo vale 645 dólares, seis veces más que el oro”, subrayó.

Convocatoria a un cabildo abierto

Ante este panorama, el Foro Ambiental Traslasierra impulsa un cabildo abierto para informar a la comunidad y organizar acciones. La propuesta busca evitar la interferencia partidaria y promover la participación ciudadana. “El ciudadano común no quiere gritos ni debates ásperos. Quiere poder expresarse con su propio lenguaje”, dijo Jiménez.

El objetivo es recuperar la capacidad de acción colectiva: “Queremos probar una forma de organizarnos sin esta gente que domina el escenario político y termina diluyendo las asambleas”, concluyó.