Federico Giuliani: “En Córdoba vivimos un estado de excepción de derechos”

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El secretario general de ATE Córdoba relató los detalles de su detención tras la movilización por alimentos frente a la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrolo Humano del municipio de Córdoba y denunció persecución política y violencia institucional.

La protesta del frente a la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano del Municipio de Córdoba terminó con un operativo policial que dejó 15 detenidos, entre ellos el secretario general de ATE Córdoba, Federico Giuliani. Mientras la mayoría recuperó su libertad al día siguiente, Giuliani permaneció arrestado hasta el lunes y denunció haber sido víctima de un procedimiento “brutal” y de una “causa armada”.

Córdoba es un estado de excepción de derechos, hay una violación sistemática de los derechos humanos. Nosotros fuimos a reclamar comida y el operativo no sólo fue desmedido, fue brutal”, expresó Giuliani en diálogo con VillaNos Radio. 

Según relató, tras pactar una reunión con funcionarios municipales, los manifestantes fueron encerrados: “Entramos 15 personas, nos cerraron con llave y no nos dejaron salir. Tuvimos literalmente secuestrados”.

El dirigente aseguró que durante su detención fue golpeado y fracturado en un brazo. “Me sacan como un perro, me pegan, me esposan con el brazo quebrado y me dejaron 24 horas esposado en una cama, sin poder orinar, sin agua, vigilado por cuatro comandos”, denunció. Además, indicó que fue trasladado al penal de máxima seguridad de Bower: “No estuve en una comisaría común. Me llevaron a un pabellón con presos comunes, como si fuera un trofeo de guerra”.

Giuliani responsabilizó directamente al fiscal Ernesto de Aragón, a quien acusó de hostigamiento sistemático: “Me viene persiguiendo hace más de dos años. Me sacó cuatro celulares en dos años y me abrió entre cinco y seis causas. Es un trasnochado que me quiere preso”. También apuntó contra la conducción política de la provincia: “El responsable máximo es el gobernador Martín Llaryora, porque él es el jefe de la fuerza. La justicia en Córdoba no es neutral, es adicta al poder político”.

Lejos de mostrarse debilitado tras su paso por la cárcel, Giuliani aseguró que la experiencia lo fortaleció. “Quisieron doblegarme, pero no lo van a lograr. Vamos a accionar contra quienes nos verduguearon”, afirmó, al tiempo que destacó la solidaridad recibida: “Mis compañeros de sindicato hicieron un paro nacional, el CELS se presentó en la causa y los propios presos comunes me dieron ropa y comida. Eso no me lo olvido más”.

El dirigente también enmarcó su detención en un contexto más amplio: “Cuando hay ajuste, primero hay represión y cárcel. Después, criminalización de la protesta social y judicialización de los luchadores. Protestar no es un delito: es la madre de todos los derechos, porque sin protesta no conseguís trabajo, vivienda ni comida”.

Finalmente, Giuliani dejó un mensaje hacia adentro del movimiento obrero y social: “La gente no va a perder el miedo si los dirigentes no tranzan o se esconden. Hay que ser coherentes y poner el cuerpo. Yo tranquilamente me podría haber corrido y dejado que las compañeras entren solas, y no lo hice. Porque el ejemplo hoy vale mucho más que cualquier discurso”.