La norma, impulsada por la madre de un joven fallecido por una meningitis no diagnosticada, busca mejorar la calidad de la atención y establecer controles más estrictos sobre el ejercicio médico. Desde Villa Carlos Paz, la presidenta de la Fundación Luz, Adriana Condori, celebró su aprobación y destacó la importancia de “defender al paciente y empoderarlo en su derecho a una salud digna”.
La reciente promulgación de la Ley Nicolás, impulsada por Gabriela Covelli, madre de Nicolás Deanna, un joven de 24 años fallecido a causa de una meningitis bacteriana no detectada a tiempo, representa un avance significativo en la lucha contra la mala praxis médica y los errores de diagnóstico en Argentina.
Desde Villa Carlos Paz, Adriana Condori, presidenta de la Fundación Luz y madre de Camila Liendro, también víctima de un caso de mala praxis, celebró la noticia y destacó el alcance de esta nueva normativa:
“Hoy se da como positivo y una herramienta más para poder defender, salvar vidas, asegurar la vida, asegurar una atención que nos motiva por haber sido víctimas de una mala praxis poco humanizada, poco empática.”
Condori, quien desde hace años impulsa acciones de concientización sobre el síndrome de Guillain-Barré y la atención sanitaria segura, remarcó que la Ley Nicolás incluye diez puntos fundamentales, de los cuales subrayó varios por su impacto directo en la seguridad del paciente.
Uno de ellos, explicó, es la evaluación periódica de la capacidad cognitiva y psicofísica del personal de salud. “Me parece un punto muy fundamental para los profesionales. Se encuentran residentes que trabajan más de 24 horas seguidas en condiciones nefastas. También ellos deben tener un hábitat digno, porque las malas decisiones de los directivos terminan afectando a los pacientes”, dijo en diálogo con VillaNos Radio.
Otro aspecto clave es la implementación obligatoria del Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), donde deben figurar los profesionales inhabilitados o con condenas judiciales.
“Cualquier ciudadano podrá ingresar al SISA, colocar el número de matrícula del profesional y saber si está habilitado, si está en condiciones para una atención y si es segura esa atención con ese profesional”, especificó.
La ley también establece la obligación de reportar los eventos adversos —hayan causado daño o no— para que queden asentados y sirvan de aprendizaje para otros profesionales. Además, declara el 17 de septiembre como el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, promoviendo acciones de concientización en todo el país.
Condori subrayó que la responsabilidad no recae únicamente en los médicos, sino también en el Estado, que debe garantizar condiciones laborales adecuadas:
“El gobierno es responsable de cuidar los horarios y los turnos de los profesionales para evitar su agotamiento. Una atención de calidad depende también del bienestar del trabajador de la salud.”
La dirigente social hizo hincapié en la necesidad de difundir la ley y empoderar a los pacientes: “Debemos ser guardianes de esta ley. El paciente tiene que conocer sus derechos. No son favores ni ruegos: es un derecho constitucional recibir una atención digna y humana”.
Sobre el largo camino que llevó a la sanción de la norma, Condori recordó que fue fruto de una lucha colectiva y persistente.
“Gritamos tan alto, tocamos tantas puertas… cuando nos decían que no, seguíamos visibilizando nuestros casos. Esto no es una victoria personal, sino el resultado de una lucha unificada con dolor, que vino para salvar vidas.”
La Ley Nicolás, aprobada en el Congreso y ahora promulgada oficialmente, constituye así una nueva herramienta legal para fortalecer la seguridad del paciente y la responsabilidad profesional. Pero, como advirtió Condori, su verdadero impacto dependerá de su aplicación efectiva y del compromiso de todos los sectores involucrados: “Mientras el paciente se calle ante un maltrato o una falta de información, esto seguirá pasando. Todos debemos ser más responsables.”