Los concejales de Juntos por Carlos Paz, Daniel Ribetti y Pía Felpeto, cuestionaron al gobierno de Esteban Avilés por la falta de transparencia, la ausencia de controles y el uso discrecional de los fondos públicos. En una entrevista con VillaNos Radio reiteraron su consigna: “¿Dónde está la plata del municipio?”
Los concejales de Juntos por Carlos Paz, Daniel Ribetti y Pía Felpeto, volvieron a cargar contra el gobierno de Esteban Avilés y cuestionaron el manejo de los recursos municipales, la falta de planificación en obras públicas y el bloqueo sistemático a los pedidos de información.
Desde el inicio de la entrevista con VillaNos Radio, Ribetti apuntó a la administración de fondos de la Comisión Interbalnearia, luego de la polémica por la demolición de asadores en Playas de Oro. “¿Dónde está la plata de la Interbalnearia?”, planteó, y sostuvo que “estamos hablando de millones de pesos que están canutados en el bolsillo de vaya a saber quién en la municipalidad o en dónde”.
Afirmó que el deterioro de infraestructura turística responde a la falta de inversión real: “La solución es destruir todo para callar la queja de los vecinos y seguir con la guita en el canuto”.
Felpeto coincidió con ese diagnóstico y sumó críticas a lo que definió como un estilo de conducción cerrado y autoritario: “Es la forma autoritaria en la que se manejan, no solo en la calle con los vecinos, sino adentro del Concejo con nosotros”.
Falta de diálogo institucional y control bloqueado
Los ediles cuestionaron la ausencia de canales de diálogo formales con el oficialismo y denunciaron que sus notas y pedidos de informes no reciben respuesta. “A nosotros no nos contestan un memo”, advirtió Felpeto, quien recordó que ni siquiera obtuvieron respuesta cuando solicitaron convocar a representantes de las plataformas digitales durante el debate por la ordenanza que regula las apps de transporte.
También apuntó a una lógica de “violencia institucional” que, según dijo, impide ejercer el rol de contralor: “Cuando nosotros queremos controlar, como Dani hizo con el tema de la Interbalnearia, nos interpelan que tenemos que presentar soluciones. Cuando llevamos proyectos de ordenanza, son rechazados también”.
Ribetti complementó esa crítica al afirmar que la dinámica del Concejo impide el debate real de sus iniciativas: “Nuestra forma de trabajar es haciendo proyectos y sometiéndolos al debate del cuerpo (…) Ninguno de esos proyectos ha tenido tratamiento”.
Presupuesto, deuda y prioridades
El eje económico ocupó gran parte del diálogo. Ribetti alertó sobre el presupuesto 2026, que asciende a 105 mil millones de pesos (incremento de casi el 30% respeto al aprobado inicialmente para 2025) y prevé una recaudación 50% superior a la del año anterior. “Queremos alertar a la sociedad. Es un presupuesto gigante y no lo vemos reflejado en el desarrollo de infraestructura de la ciudad”, señaló.

“No sabemos dónde va la plata, en qué se la gasta. Un 63% lo insume la cuenta de personal y el pago de la deuda flotante que el gobierno tiene. Y hay todo un aparato clientelar que los tipos tienen montado para ganar una elección”, dijo, y puso como ejemplo que se paga un sueldo municipal cada 45 habitantes de la ciudad: “Esto debería ser Suiza, pero sin embargo la ciudad está detonada. Entonces nosotros nos preguntamos dónde está la plata. Y en esa demanda de dónde está la plata, queremos que transparenten el manejo económico”.
También cuestionó la contradicción entre el discurso del superávit y la toma de deuda: “¿De qué me sirve que te sobre plata si la ciudad está destrozada? Ese ardid del superávit ya no vende. No es porque hacen bien las cosas, sino porque no las hacen.”
En ese marco mencionó el crecimiento desigual entre áreas municipales: “Salud tiene una variación del 14%, muy por debajo del promedio del 30% (…) ¿Qué van a hacer con salud? ¿Van a cerrar la mitad del hospital?”. Y planteó que, para 2026, “la cuenta que más crece y la que tiene un porcentaje por arriba del promedio, con un aumento del 33%, es la del intendente”.
El crédito para obras y el rechazo opositor
Ambos justificaron su voto negativo al proyecto que autoriza al Ejecutivo a tomar créditos por 1.200 millones de pesos para financiar la obra del acueducto en la avenida Cárcano y el llamado Paseo de la Identidad. “Nosotros no podemos avalar la toma de un crédito para una obra que no sabemos cuánto va a costar ni qué implica”, explicó Ribetti.
Cuestionó además la magnitud de la inversión prometida: “Nos quieren hacer creer que con 700 millones van a hacer aguas danzantes. Tienen la plazoleta de las aguas danzantes ahí a unos metros, que no hicieron danzar nunca las aguas”.
Para Felpeto, el problema central es la falta de prioridades claras: “Consideramos que hay un montón de otras necesidades. Yo vengo reclamando por el tanque de reserva de agua de la calle Río Carcarañá en El Fantasio, que hace tres años iba a estar listo en 180 días.”

En este sentido también cuestionó la falta de transparencia en el contrato, y sugirió que “si fuera plata propia, las sanciones funcionarían de otra manera”.
También criticó que, pese al discurso de eficiencia, el municipio deba endeudarse: “El municipio para pagar su parte (de la obra de la Cárcano) le pide la plata prestada a la provincia. Si lo queremos analizar, la provincia está pagando toda la obra”.
Obra pública, informalidad y falta de controles
Ribetti criticó la falta de planificación real y la subejecución de partidas: “El plan de obras es pobre, y muchas de las obras presupuestadas este año son las mismas del año anterior”. Aseguró además que “la infraestructura está colapsada” y que “el rubro obras hace más de 10 años que no tiene inversión significativa”.
Felpeto volvió sobre el déficit de controles municipales: “Estamos haciendo un trabajo que deberían hacer los inspectores municipales (…) Es la segunda vez que hacemos un relevamiento de plazas y balnearios y los riesgos eléctricos son un horror”.
2027: continuidad política y compromiso con la fiscalización
Hacia el final de la entrevista, los ediles hablaron del panorama político futuro y ratificaron que mantienen el mismo espacio con el que fueron electos en 2023, pese a la ruptura del bloque inicial. “Nos seguimos llamando Juntos por Carlos Paz, no cambiamos el nombre del bloque, y seguimos trabajando con el mismo compromiso de 2023”, afirmó Ribetti.
Agregó que, aunque les reprochan que “siempre se están quejando”, consideran que esa es precisamente su función: “Controlar, exigir y auditar lo que hace el Ejecutivo”.
Felpeto coincidió y remarcó que siguen trabajando junto al tribuno de Cuentas municipal Gustavo Molina y el legislador provincial Walter Gispert, ambos del Frente Cívico: “Al margen de lo que pasó en las elecciones legislativas, nuestro bloque sigue siendo ese. Estamos en contacto permanente”.
Ambos dijeron estar abiertos a discutir un armado para 2027, aunque insistieron en que la prioridad actual es el trabajo en el Concejo. “Estamos comprometidos seriamente con nuestro trabajo de concejales como lo hemos hecho desde el primer día y eso indudablemente nos va a dejar en una situación de discutir política con los que estén a la altura de poder debatir qué es lo que queremos para esta ciudad, no cómo acomodarse y cómo caer parado después de una tumba carnera, y terminar aplaudiendo lo que el avilesismo te pone enfrente. Definitivamente nosotros estamos en la vereda de enfrente de este gobierno y con una idea muy clara de lo que queremos para esta ciudad”, sentenciaron.
