Durante el mes de mayo, la ciudad Villa Carlos Paz celebra 37 años de existencia de su primera escuela pública de nivel secundario. El 13 de mayo de 1985 abrió sus puertas el IPEM 190 Dr. Pedro Carande Carro.
Con casi 40 décadas de vida es una institución marcada por años de trabajo por la educación pública y la defensa de los derechos de los pibes y pibas de barrios populares.
“Queremos compartir nuestra alegría. Estamos cumpliendo 37 años, ésta que es la escuela de los hijos de los trabajadores”, manifestó con orgullo Eugenia Cazenave, bibliotecaria, ex alumna y madre de alumnxs que pasaron por el IPEM.
La docente se expresa desde el amor a una escuela que es abrazo comunitario para varias generaciones de familias. “Es muy emotivo, porque mi mamá asistió a esta escuela y también tengo mis hermanos en grados más chicos. Es muy lindo, yo amo a esta escuela a pesar de todas las críticas que tiene. Es muy familiar, me agrada mucho y me siento muy apoyada”, contó Azul, estudiante de 5to año de la orientación en Ciencias Naturales de turno mañana.
Si hay algo que se puede decir de “El Carande”, es que es un colegio que a la discriminación fogoneada desde algunos sectores sociales de la ciudad (incluso el propio Estado municipal) responde con unión y solidaridad.
“A la mayoría de la gente que viene acá hay otras escuelas que no los aceptan. Saben lo que es que los rechacen y no vienen acá a rechazar otras personas. Entonces somos todos una familia muy grande. Los profesores y preceptores te tratan con amor y compromiso”, valoró Azul.
Además, afirmó que lxs profesorxs, preceptorxs y directivxs priorizan la salud mental de lxs estudiantes y “siempre tratan de que podamos sacar lo mejor de nosotros, nuestro mayor potencial”.
“Nos queremos como una familia. Los miramos a los estudiantes como si fueran nuestros hijos y sobrinos. En la pandemia nos tenía preocupados saber como estaban y no poder estar juntos”, destacó la educadora sobre lo que significó transitar el ciclo lectivo durante los momentos más duros de la pandemia.
Por eso, esta celebración tiene el sabor de recuperar el encuentro. “Hoy estamos viviendo una fiesta a pesar de las dificultades que tenemos: que el edificio es chico, estamos en una escuela de campaña, no tenemos patio. La comunidad está feliz, estamos todos vivos y festejando. Hay muchos compañeros o estudiantes que han perdido familiares durante la pandemia”, agregó.
El IPEM está atravesado por una lucha histórica: un edificio propio y en condiciones dignas para albergar a más de 600 alumnos y alumnas que hoy tienen clases en dos galpones provisorios. Y ese fue uno de los deseos en este cumpleaños
“Me gustaría tener un colegio digno, porque nos lo merecemos todos lo que trabajamos acá, merecemos un lugar digno para estudiar. Espero que mis hermanos puedan disfrutar el colegio que se está haciendo frente al cementerio”, expresó Azul.
Su compañera de curso Lucila compartió el mismo sentir: “Me gustaría terminar sexto en el colegio. No creo que sea posible, pero para los próximos egresados seria lindo”.
La construcción del nuevo edificio de la institución debería haber concluido a principios del 2021. Actualmente, avanza de manera lenta e imprecisa. Por lo tanto, no hay fecha estimada de finalización.
“Mas allá del edificio, de todo lo que nos merecemos como educadores y estudiantes, quisiera trabajo, salud y que todos mis estudiantes estén abrigados, bien y felices. Estamos viviendo como toda la sociedad situaciones complejas”, anheló Cazenave.
“Espero que encontremos las herramientas para sostener a nuestros estudiantes de la mejor manera, desde el amor, la comprensión y los valores que sostienen a una ciudadanía. Ese es mi deseo más grande”, concluyó.
El acto de celebración se realizó el viernes en los galpones sobre calle Atenas donde los estudiantes asisten en condiciones precarias a clase. Hubo abrazos, carteles con saludos, banderines, palabras afectuosas y sorpresas.
Un grupo de estudiantes junto a la profesora de música, Lucrecia Acosta, sorprendió a sus compañerxs y docentes con una versión de la chacarera “Somos nosotros” de Rally Barrionuevo. Y la canción se volvió calor.
“Nos dividimos en grupo y cada uno cambio una estrofa. Quedó muy lindo, porque cada estrofa habla de algo diferente, pero a la vez de algo lindo, que todos somos alumnos del Carande y queremos lo mismo: un colegio”, relató Azul.
El resultado es una letra cargada de dignidad, compromiso social y fuerza colectiva. “Somos estudiantes buscando educación, somos compañeros de justicia y del amor. (…) Somos los alumnos con valor para aprender, somos el futuro, nadie nos va a detener. Somos estudiantes del Carande con honor, siempre lo apoyamos y le damos nuestro amor.”