Un grupo de muralistas de nuestra ciudad denunció el “ninguneo” por parte del municipio a los artistas locales

Jael Airasca, Fernando Brozincevic y Luva Luvatti son conocidos muralistas de nuestra ciudad. Han intervenido plazas, edificios, puentes, locales comerciales y participaron del Primer Encuentro de Muralistas organizado en el 2017.

Estos tres artistas se encuentran entre los mejores exponentes de arte urbano en nuestro país, sin embargo, no obtienen ese reconocimiento por parte del gobierno municipal. A partir de un nuevo episodio de destrato decidieron publicar simultáneamente en sus perfiles de Facebook una carta abierta titulada “Che, qué pasa con los artistas locales?”. En los posteos denuncian el “ninguneo” al que han sido sometidos por parte del municipio de Villa Carlos Paz.

“El municipio de Carlos Paz nos encargó este trabajo, nos pidió a varios artistas que entregáramos un proyecto por escrito, nos pidieron que nos ajustáramos a sus exigencias y presupuestos. Finalmente nos dieron el ok. El espacio donde hemos crecido como artistas, el lugar donde aprendimos a cantar o a actuar, ese lugar iba a ser pintando por nosotros”, así comienza el relato.

“Un equipo de amigos que crecimos en esta ciudad y por primera vez sentimos que se nos estaba dando el lugar que tanto añorábamos. Nos hicieron las promesas de siempre”, continúa.

No obstante, ese compromiso nunca fue cumplido. “¿Saben cómo nos enteramos que finalmente no lo íbamos a hacer?  Por esta nota en el diario que vimos DE CASUALIDAD”, escribieron y acompañaron el texto con una imagen de una nota publicada en el portal Carlos Paz Vivo.

El mural iba pintarse en la Sala de Convenciones. Pero, la decisión de las autoridades del municipio fue desplazar a los tres jóvenes del proyecto originar y ceder ese lugar al artista Mario Lange.

“Nosotros siempre vamos a apoyar cualquier movida cultural q ocurra en nuestra ciudad. La vamos a apoyar porque genera sentido para quienes la habitan y la hace un lugar más rico culturalmente. Así que este descargo no es en contra de les artistas elegidos”, aclararon.

“Este descargo es para poner de manifiesto el ninguneo al que somos sometidos los artistas de esta ciudad. Siendo una ciudad rica en recursos, que invierte en artistas de afuera, a nosotros nos deja sin espacios para pintar, tocar o crear. Sin presupuesto, sin alternativas. Es injusto”, argumentaron dejando al descubierto una práctica que se repite por parte del municipio en otras ramas del arte.

“Esperamos que alguna vez, alguien se de vuelta a mirar el talento local. Municipalidad de Carlos Paz es vergonzoso lo que han hecho”, finalizan las publicaciones.

Daniela Luvatti, más conocida como Luva, protagonizó una campaña solidaria para poder costear una intervención quirúrgica. Ha trabajado con la municipalidad de Córdoba, pintó en distintos puntos del país y fue contratada desde el exterior en varias oportunidades.

Fernando Brozincevic estudia arquitectura y a la par desarrolla su experiencia en el arte urbano. Trabajó en distintos comercios de la ciudad y en Córdoba Capital. Fue el organizador del único encuentro de muralistas que tuvo la ciudad hace tres años.

Jael Airasca intervino con murales el bar “Héroes” en calle Paraguay y en los últimos meses fue contratada por el gobierno de la Ciudad de Córdoba para pintar el puente de Sagrada Familia.

Una “gestión comunitaria” con las puertas cerradas a la cultura local

Este es un caso más de desprecio a lxs artistas locales, tanto aquellos que tienen años de trayectoria en la ciudad como lxs emergentes. Ajuste de los presupuestos artísticos, precarización laboral, falta de incentivos económicos para la actividad cultural, deterioro de la Biblioteca Popular José H. Porto son algunos de los “logros” de la “gestión comunitaria” en el área cultural.

Otro ejemplo es el mal estado de la feria de los artesanos. Hace años, inició un reclamo por un espacio en condiciones para uno de los paseos más importantes que tiene la ciudad y que cobija a más de 100 artesanxs de la región. Actualmente, se inunda y sigue funcionando en condiciones sumamente precarias.

También se puede mencionar la situación de lxs artistas callejeros como otro termómetro de la política cultural en la ciudad. Son más de 300 trabajadores de la cultura (entre artistas y artesanxs) que no pudieron trabajar durante gran parte del 2020. Muchxs tuvieron que solicitar los bolsones de comida que entregó el área de desarrollo social para subsistir.

“Me produce tristeza que en vez de progresar involucionamos. Uno termina mendigando un lugar. Solo pido que me dejen trabajar. La estamos pasando mal”, expresó uno de los artistas que trabaja en la peatonal desde hace 24 años.

“Yo banco mi ciudad todo el año. Pago los impuestos acá, la luz. Gasto mi plata acá. Nosotros somos nada, sólo un voto en las elecciones. La gente está cansada de los aprietes. Hay una impotencia total porque te humillan”, manifestó en relación al maltrato que sufren, la ausencia de controles para que se respeten los lugares de trabajo y se priorice a lxs artistas de nuestra ciudad.

Un grupo de trabajadorxs de la cultura independientes ha denunciado amenazas por parte de un grupo de vendedores ambulantes que pretenden ocupar su lugar establecido o generar competencia desleal. “Me mostraron un arma para decirme que no podía estar en mi lugar. Es complicado estar en la calle así. No hay control. No hay protocolos. No hay inspectores”, aseguró y agregó que no se animan a presentar una queja ante el municipio por temor a represalias.