Hace seis años que el grito Ni Una Menos se alzó para luchar contra la violencia machista y proteger a las mujeres, lesbianas, trans, travestis, no binaries y bisexuales. La Plaza del Avión se convirtió hace seis años en el punto de encuentro de estas reivindicaciones feministas. Así se fortaleció una lucha histórica en nuestro país por el derecho a una vida libre de violencias.
En la Argentina desde ese 3 de junio de 2015 se registraron 1.717 femicidios, según detalló Natalia Gherard, Directora Ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). En estos seis años, “9 de cada 10 víctimas tenían vínculo previo con el asesino”, sostuvo la especialista, dando cuenta de las deficiencias que existen a nivel estatal en la prevención primaria.
Gherard advirtió que la mayoría de las víctimas “sigue en silencio sin llamar a instituciones públicas para pedir ayuda”. Por eso, una demanda este año fue que se avance con una reforma judicial con perspectiva de género.
Ese día en la plaza, tomó el micrófono Roxana Corradi, una de las organizadoras de la movida. Habían pasado tres meses del femicidio de Andrea Castana y el hallazgo del cuerpo de Hernán Sánchez en el Cerro de la Cruz.
Esa tarde participó de la actividad Ingrid Vidosa. Dos meses después, fue asesinada en el cerro a manos de su ex pareja Marcos Haye.
“En ese momento, arranca una suerte de reflexión para todes. Hoy las víctimas siguen siendo nombres que se pierden en la historia. A mí me saco la calle Andrea Castana, nos había pasado esa monstruosidad en marzo. No solo con Andrea sino con Hernán”, recordó Roxana en diálogo con VillaNos.
“Ese día fue el más oscuro de la historia de Villa Carlos Paz aunque hayamos barrido la basura debajo de la alfombra y hagamos cuenta que no pasa nada, esto nos sigue pasando. Gracias a eso conocí a Maca y Nadia (amigas de Andrea) era un momento muy difícil estaban en carne viva”, agregó.
Se armó un evento en Facebook, la Coopi garantizó el escenario y el sonido. A pesar de que había paro de transporte, lxs vecinxs coparon la plaza.
“No podíamos mirar para otro lado. Ese día se abrió un portón aparecieron un montón de mujeres con situaciones de violencia. Fue muy importante, porque empezaron a pasar cosas. Compañeras con situaciones de violencia domestica de años que no tenían contención, mujeres que venían denunciando hace años y nadie les daba bola”, destacó de la repercusión que tuvieron las movilizaciones en todo el país.
Durante el 2020, la justicia argentina registró 287 víctimas fatales de la violencia de género, incluyendo 251 femicidios a mujeres cis, 6 transfemicidios y travesticidios y 36 víctimas de femicidios vinculados. Esto implica que se comete un femicidio cada 35 horas en nuestro país, acorde al Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Este año, fueron cometidos 103 femicidios entre el 1 de enero y el 29 de mayo de 2021 de acuerdo al relevamiento del “Observatorio Ahora que sí nos ven”. Al menos 80 niñxs perdieron a sus madres como consecuencia de la violencia machista en el 2021.
A partir de la conformación del colectivo Ni Una Menos de Carlos Paz, el grupo comenzó a recibir pedidos de auxilio. Las mujeres e identidades disidentes comenzaron a expresar las situaciones violentas que sufrían en la casa, el trabajo, el sistema de salud o la calle.
“Ninguna de las instituciones daban respuesta. Nos fue superando”, aseguró Roxana y consideró que en ese momento se comenzó a disputar una “batalla cultural contra la violencia machista y el patriarcado”.
“Empezó a haber una cuestión didáctica hacia el interior de la familia. Empezó a circular mucha información y hay un alto porcentaje de pibas que no se van a dejar violentar ni ningunear por un macho y que también están poniendo los puntos en sus hogares”, subrayó.
Desde el 2015, la demanda constante ha sido una respuesta política, pública y colectiva de parte del Estado en sus distintos niveles en la erradicación de las violencias de género. La cantidad de víctimas que se acumulan cada año demuestran una falla estructural de la justicia y de las fuerzas de seguridad en actuar preventivamente.
Roxana forma parte de una nueva organización que eligió el pasado 3 de junio para presentarse públicamente. Libres nos queremos Punilla está conformada por un grupo de mujeres, lesbianas, travestis, trans, no binaries y bisexuales de diferentes localidades del valle reunidas por “el deseo de juntarnos y habitar/nos el cuerpo-territorio en un espacio y tiempo que extrañamos pero que sigue atravesado por la violencia machista y transodiante”, manifestaron a través de su primer comunicado oficial.
“Somos #LibresNosQueremosPunilla, una COLECTIVA transfeminista que nace con el objetivo puesto en la lucha y la resistencia desde el marco de los derechos humanos (transversal a nuestras actividades)”, expresaron.
Desde una mirada intergeneracional e interseccional, en este espacio confluyen muchas activistas que vienen de asambleas socio ambientales. La propuesta es trabajar colectiva y complementariamente con otras organizaciones que ya están funcionando.
“Es un armado que excede a Carlos Paz. Tenemos la decisión política de ser una organización trans feminista. Muchas compañeras se han sentido violentadas y tienen una lucha que es anterior o más larga que la del feminismo. Queremos sumar voces para pelear”, argumentó.
Esta organización se suma a una red de espacios feministas que existe en el valle y crece día a día. “Son las redes feministas y compañeras las que nos sostienen. (…) Sobre la base de la organización, la participación y el tejido de redes estamos dando pasos agigantados”, manifestó Florencia Santillan, integrante de Empoderar Córdoba y Ni Una Menos Carlos Paz.
“A seis años desde ese primer grito invitamos que se acerquen a este tipo de espacios a sumar y aportar a estas estructuras de militancia que son tan necesaria son sobre todo en momentos como este”, convocó.
En Villa Carlos Paz, desde el 2017 está declarada la emergencia en materia de violencia de género. Sin embargo, el presupuesto que el municipio destina por mujer es de 10 pesos, según un relevamiento de la agrupación. Todavía la ciudad no cuenta con un refugio para mujeres en situación de violencia y “en la comisaria seguimos con problemas para radicar una denuncia”, añadió.
Al nombre de Andrea Castana se sumaron otros de mujeres en todo Punilla que siguen esperando justicia como Cecilia Basaldúa en Capilla del Monte e Ivana Módica en La Falda. Desde los feminismos ante cada femicidio se inicia una lucha contra la impunidad.
En estos seis años hubo avances en materia legislativa, pero queda mucho camino por recorrer en cuanto a la implementación plena y efectiva de las normas. La Ley Micaela, la Ley Brisa, la Ley de Paridad en los medios de comunicación, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y la media sanción de la Ley de Cupo Laboral Trans.
“Podemos hablar de que llegamos a estos seis años teniendo aborto legal, seguro y gratuito por la inmensa movilización del movimiento de mujeres y disidencias, por la militancia incansable de los feminismos y se ha conquistado sobre la base de una decisión política y la base de un gobierno popular”, consideró Florencia.
“La ley Micaela sigue sin aplicarse de manera correcta. No sabemos cuál es la situación de la aplicación de la IVE en la ciudad”, planteó en cuanto a la situación en Carlos Paz.
El colectivo Vivas Nos Queremos Tanti compartió estos logros conseguidos por el movimiento feminista y ligados a la “demanda popular”. “Pudimos hacernos conscientes de la fuerza que tenemos, del poder de nuestra presencia en las calles y lo que hemos conseguido en relación a la violencia de genero estructural y sistemática que nos asola”, explicó.
Se creó el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y el Ministerio de la Mujer a nivel provincial. En ese sentido, la Asamblea Feminista y Disidente de Punilla Sur, criticó el “vaciamiento presupuestario por parte del Estado de las políticas de género”.
“Una de las problemáticas es todo lo relacionado a la justicia patriarcal por eso exigimos una reforma judicial feminista y una justicia con perspectiva de género real. Reclamamos desde hace dos años la disposición de una Casa de la Mujer para que se puedan alojar las mujeres y sus hijos y no tengan que viajar hasta Córdoba Capital”, señaló Vivas Nos Queremos Tanti.
Las organizaciones feministas continúan fortaleciendo el trabajo territorial como una herramienta clave en materia preventiva. “Estamos haciendo campañas de visibilización de conciencia y acompañamiento de vecine a vecine. Tenemos intenciones de seguir nutriendo la red y contenernos entre todes”, afirmaron desde la asamblea.
“Estamos abocados a la generación de material que permita por un lado concientizar, educar y difundir el trabajo artístico, intelectual y de la economía popular de nuestras mujeres. Estamos desarrollando el proyecto seleccionado por ‘Puntos de Cultura’ de una revista que se va a llamar ‘Lengua Suelta’”, aportó Vivas Nos Queremos Tanti.
Las consignas “Ni una menos”, “Vivas nos queremos” y “Se va a caer” resuenan en cada marcha, intervención o actividad organizada desde los feminismos y el colectivo LGBTTTIQ+. La tarea diaria está en la prevención, desterrar las soluciones punitivas y fortalecer la llegada del Estado en el territorio para garantizar derechos básicos y proteger la vida de mujeres e identidades disidentes que amenaza el patriarcado. En este proceso de revolución cultural hay una estrategia clave, las redes feministas y la organización para desarmar la estructura social machista en todos lo ámbitos sociales. El movimiento Ni Una Menos irrumpió para quedarse y transformarlo todo.