(Fotos: Noelia Gaillardou) A través de redes sociales, vecinxs de San Antonio de Arredondo expresaron su preocupación por la situación en la que se encuentra el arroyo de Las Jarillas. Al parecer, el cauce del curso de agua fue dragado y en las inmediaciones del balneario se observan grandes montículos de tierra.
Desde ADARSA (Asociación de Amigos del Río San Antonio) adelantaron que solicitarán información al municipio y al gobierno provincial que fundamente las razones por las que se han realizado esos trabajos en el cauce del arroyo.
“Ingresamos una nota formal donde tanto el municipio como la provincia están obligados a responder. Sabemos que eso tiene muchas idas y vueltas, pero vamos a tener que hacer eso. Al día de hoy no hemos conseguido ninguna explicación y hay mucha preocupación por parte de los vecinos que ven que se seca el arroyo. Desde ADARSA venimos tratando de comunicar de la manera más pedagógica posible la situación, porque sabemos que hay mucha confusión y esto genera cruces de acusaciones entre vecinos”, expresó a VillaNos Radio Fernando Barri, doctor en Ciencias Biológicas e integrante de la ONG.
“Acá quien tiene que dar una respuesta formal y clara es el Estado”, enfatizó.
El profesional explicó también que la bajante de los cursos de agua tiene varias aristas de análisis. Una es la falta de lluvias, vinculado al contexto del cambio climático global.
“El año pasado fue un año particularmente seco. Para una región en la que llueven entre 800 y 900 milímetros al año, en 2022 nos llovió un poquito más de 600 milímetros. Si este es otro año seco, nos preguntamos qué pasará en la cuenca y ya hay que prever que no tendremos tanta agua, porque vivimos en una región semiáridas. Lo hemos dicho mil veces. El agua que necesitamos, sobre todo en las estaciones secas, no va a estar disponible”, advirtió.
Pero también habló de los factores locales que también alteran las cuencas e hizo referencia al avance indiscriminado de las urbanizaciones y los incendios reiterados. “Se está cambiando bosque nativo por cemento”, expresó e hizo una metáfora bien gráfica hablando de los bosque nativos como grandes tanques de almacenamiento de agua.
“En lugar de tener un tanque de agua bien hermético y grande, con capacidad de contener mucha agua, estamos convirtiendo a nuestras cuencas en un balde lleno de agujeros”.
En cuanto a la situación del arroyo San Antonio, Barri detalló que desde hace tiempo se viene haciendo un mal manejo del afluente.
“El arroyo San Antonio no es un curso temporario. Ya se ha estudiado que es un curso que debería tener agua permanente. No tanta como el río, pero sí agua de manera permanente”, enfatizó.
Y añadió: “Lo que creemos que está pasando es que, por un lado, se le está extrayendo agua al arroyo. Hay barrios en la zona de Las Jarillas que toman agua directamente del arroyo. no están conectados a la red. Y por el otro, el desmanejo de la cuenca. No le encontramos un sentido a lo que hace el municipio de dragar ese pequeño embalse, vaya a saber por qué lo hacen, con qué criterio y a pedido de quien”.
Barri remarcó que “lo peor que se le puede hacer a un cauce es alterar su geomorfología”.
“Eso hace que el agua ya no vaya por donde iba, que corra de otra manera, que la vegetación de ribera ya no lo contenga. Si los ríos tienen cientos de miles de años de historia, querer jugar a ser Dios y querer llevarlo de un lado para el otro, es mandarse una macana”, subrayó.