(Fotos: Gentileza Alejandro Picco, de Radio La Minga) A 60 años del inicio de la cooperación médica cubana y a 20 años del desembarco de la Misiones Cubanas en Argentina, la pediatra internacionalista e hija de Ernesto Che Guevara, Aleida Guevara March, estuvo en la Universidad Nacional de Córdoba hablando sobre la experiencia de salud del internacionalismo cubano y el trabajado desarrollado por las brigadas sanitarias en la provincia de Jujuy.
Durante el mes de agosto, el grupo partió desde el Centro Oftalmológico Ernesto Che Guevara (en barrio San Martín de la ciudad de Córdoba Capital). Estuvo integrado por 50 personas entre profesionales de la salud y voluntarios que brindaron asistencia en las localidades de San Pedro y Fraile Pintado, al este de Jujuy. “Nos queda muchísimo trabajo por delante, pero sobre todo quiero decirles que estamos viviendo un momento complejísimo, con una provincia que tiene prácticamente un terrorismo de estado, donde hay compañeros exiliados en otras provincias de nuestro propio país y donde hay metodologías que se usaron en la dictadura. Hay mucho miedo, muchos profesionales que normalmente se sumaban no se animaron más a sumarse porque los echaban del trabajo. A una compañera graduada del ELAM (Escuela Latinoamericana de Medicina de La Habana) le hicieron una orden de detención simplemente por atender y asistir a gente afectada por los gases lacrimógenos. Estamos conmovidos de lo que hemos visto. Así que vale este espacio primero que nada para denunciar y entender que somos todos argentinos y que tenemos que hacer algo por nuestros hermanos de Jujuy”, expresó Claudia Camba, presidenta de la fundación “Un mundo mejor el posible” en diálogo con VillaNos Radio.
Aleida Guevara March formó parte de la brigada y dijo: “Fue una experiencia hermosa. Lo que pasa es que sientes que la gente está muy tensa, con muchas necesidades de ser escuchada y ser tratada con respeto”.
En este sentido, la profesional abogó por defender el derecho a la salud. “Yo creo que cuando nos enseñan medicina nos están enseñando a poner conocimiento en beneficio de la salud de un ser humano. Lo que tú no puedes hacer es ver qué tipo de ser humano es, no importa su color de piel, su ideología, si tiene dinero o no. Lo único que te importa es servir a un ser humano. Si nos educamos así sabemos que la vida no es una mercancía, por lo que no puede tener precio ni estar en un mercado. Es imposible eso. Es lo más sagrado que tiene el ser humano, su vida. Si tú eres capaz de ayudar a sostenerla, a ayudarla, a mejorarla, es una posibilidad hermosa que tenemos de ayudar a las personas”.
