Advierten que la postura de La Libertad Avanza sobre Malvinas es “la misma que plantean los británicos”

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A través de un comunicado que lleva por título “La Desmalvinización Avanza”, el Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de la ciudad de La Plata advirtió sobre el posicionamiento del espacio de La Libertad Avanza (LLA) sobre  la causa Malvinas. 

“Así como Patricia Bullrich quiso cambiar Vacunas por las Islas Malvinas ahora Javier Milei viene a duplicar la apuesta, con una postura sobre la cuestión Malvinas que viola la cláusula transitoria primera de la Constitución Nacional, donde taxativamente expresa que la República Argentina respetará los ‘intereses de los habitantes’ respetando el modo de vida, no ‘sus deseos’.

“En el día de ayer (por el domingo 10 de septiembre) se conocieron declaraciones de Diana Mondino, candidata a Diputada Nacional y mencionada como posible Canciller en un eventual Gobierno de Javier Milei, manifestando que ‘los derechos de los isleños serán respetados’ y ‘no se les puede faltar el respeto’.

“Para muestra solo basta un botón, tanto Milei, como Victoria Villarruel con su discurso de un falso nacionalismo y apologista de la dictadura cívico militar, y en este caso Diana Mondino, sostienen en sus expresiones lo que está escrito en la plataforma electoral de LLA cuando se refiere a la cuestión Malvinas”, se lee en el comunicado. 

El veterano de la guerra de Malvinas, abogado y secretario de Derechos Humanos del CECIM La Plata, Ernesto Alonso, dialogó con VillaNos Radio y explicó que el principio de autodeterminación de los pueblos no puede aplicarse a los kelpers porque se trata de una “población implantada”.

“Cuando este espacio político plantea que vamos a respetar los deseos de los habitantes de las islas están adhiriendo a esta proclama que, por suerte, la comunidad internacional no la está contemplando y sigue apoyando la postura de la República Argentina. Hay resoluciones emitidas por Naciones Unidas desde 1965 hasta la fecha que van en ese sentido”, remarcó.

Vale recordar que en el marco de las Naciones Unidas se conoce como “Cuestión de las Islas Malvinas” a la disputa entre la Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.  

El 14 de diciembre de 1960 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución 1514 (XV) “Declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales”. Ella marcó un hito en el proceso de descolonización proclamando “la necesidad de poner fin, rápida e incondicionalmente, al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones”, y consagrando los dos principios fundamentales que debían guiar el proceso de descolonización: el de libre determinación y el de integridad territorial. 

En su párrafo sexto, referido al principio de integridad territorial, la resolución 1514 (XV) establece que “todo intento encaminado a quebrar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”, fijando una clara posición respecto de que allí donde estuviera en riesgo la integridad territorial de los Estados, no debe recurrirse a la aplicación de la libre determinación.

El 16 de diciembre de 1965 la Asamblea General adoptó la resolución 2065 (XX) –la primera referida exclusivamente a la Cuestión Malvinas-, a través de la cual reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido e invitó a ambos países a negociar para encontrar una solución pacífica a la controversia.

La importancia de esta resolución radica en que allí se establecen los elementos esenciales que definen a la Cuestión y –en consecuencia- la forma en que debe ser solucionada. Estos son: 1) Que el caso de las Islas Malvinas es una de las formas de colonialismo al que debe ponerse fin; 2) Que en este caso subyace una disputa de soberanía entre los gobiernos argentino y británico; 3) Que la forma de encontrarle una solución es a través de las negociaciones bilaterales entre ambos gobiernos.

Estas negociaciones deberán tener en cuenta los principios y propósitos de la Carta y de la resolución 1514 (XV), así como los intereses de la población de las islas.

Es importante señalar que la resolución 2065 (XX) indica que en las negociaciones para encontrar una solución a la disputa deben ser tenidos en cuenta los intereses de los habitantes de las islas, y no sus deseos, excluyendo la aplicación de la libre determinación para este caso en particular.

“Están diciendo cualquier cosa. Milei puede engañar a algunos que quizás no están empapados y no conocen en profundidad lo que significa y lo que representa esta lucha permanente por la recuperación de los territorios usurpados por una potencia neocolonial como es Gran Bretaña”, dijo Alonso.

Ernesto Alonso, veterano de la guerra de Malvinas, abogado y secretario de Relaciones Institucionales del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de la ciudad de La Plata.

Las Islas Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España desde la entrada en vigor de los primeros instrumentos internacionales que delimitaron el “Nuevo Mundo”, tras las expediciones de 1492. En este avance se produjo el hallazgo de las Islas Malvinas por integrantes de la expedición de Magallanes en el año 1520. A partir de ese momento fueron registradas en la cartografía europea con diversos nombres y quedaron dentro de los espacios bajo control efectivo de las autoridades españolas.

En el curso del siglo XVII las Islas Malvinas fueron avistadas por navegantes de otras naciones que se aventuraban en los dominios españoles a riesgo de la reacción y las protestas que España efectuaba cuando tenía noticias de tales expediciones.

En el marco de este conflicto, los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas tuvieron en cuenta en diversos actos administrativos a las Malvinas, a las que consideraron parte integrante de su territorio, heredado de España por sucesión de Estados según el uti possidetis juris de 1810.

En 1820, a pesar de las luchas internas que enfrentaba el Estado argentino, el Coronel de la Marina argentina David Jewett tomó posesión de su cargo en las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ello fue efectuado en un acto público en Puerto Soledad al que asistieron loberos y balleneros de varias nacionalidades, entre ellos estadounidenses y británicos, que recalaban en las islas en el desarrollo de sus faenas. La noticia fue publicada en medios de los Estados Unidos y del Reino Unido, sin que recibiera comentario oficial alguno en esos países. Tampoco manifestó Gran Bretaña pretensión alguna a las Islas Malvinas en el proceso de reconocimiento del Estado argentino, que culminó con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación de 1825.

Durante la década de 1820 los gobiernos argentinos realizaron diversos actos demostrativos de su soberanía sobre las Islas Malvinas, incluyendo la designación de gobernadores, la legislación sobre recursos pesqueros y el otorgamiento de concesiones territoriales. 

El 10 de junio de 1829 el gobierno argentino promulgó un decreto creando la Comandancia Política y Militar de las Malvinas, que estuvo a cargo de Luis Vernet. Después de haber mantenido silencio por más de medio siglo en el curso del cual se habían sucedido sin oposición administraciones españolas y argentinas en las islas Malvinas, en noviembre de 1829 el Reino Unido protestó dicho decreto, en el marco de un renacimiento de su interés estratégico en el Atlántico Sur.

El 3 de enero de 1833 se presentó una corbeta de la Marina Real británica que, apoyada por otro buque de guerra que se encontraba en las cercanías, expulsó a las autoridades argentinas. El comandante de la nave británica dejó a uno de los pobladores de Puerto Soledad a cargo del pabellón y zarpó de regreso a su base. Recién en 1834 el gobierno inglés asignaría a un oficial de la Armada para que permaneciera en las islas y recién en 1841 tomaría la decisión de “colonizar” las Malvinas, nombrando un “gobernador”.

“En 1833 usurparon Malvinas, sacaron a los argentino que había allí, quitaron el gobierno que había impuesto Buenos Aires con Vernet y se apropiaron por la fuerza”, repasó Alonso y remarcó: “Lo que plantea Milei es un proyecto de no país. Es un proyecto de la entrega de Malvinas”. 

Alonso llamó a tener conciencia de que cuando se habla de la cuestión Malvinas no son “11 mil kilómetros cuadrados de piedra y turba”, sino que se trata de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y las 200 millas de mares correspondientes a esos puntos, sumado a la proyección hacia la Antártida.

La cuestión Malvinas en kilómetros cuadrados es la disputa de soberanía más importante que existe en el planeta. Estamos hablando de casi 6 millones de kilómetros cuadrados. Es decir: dos argentinas continentales más”, graficó Alonso y recalcó que otro de los argumentos que afianza el reclamo argentino sobre Malvinas es el principio de integralidad territorial. 

El veterano remarcó que la postura de LLA sobre Malvinas “es la misma que la que plantean los británicos”. “Javier Milei dijo que una de sus referencias políticas es Margaret Thatcher. Esto deja en claro un alineamiento ideológico hacia esta posibilidad de destruir todo el andamiaje de una política de Estado que, insisto, está en la Constitución”, expresó el representante del CECIM y remarcó: “Son los representantes de un falso nacionalismo”.