Desobedecer el mandato familiar para abrazar las banderas de Memoria, Verdad y Justicia

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En el mes de la Memoria por la Verdad y la Justicia, la Cooperativa Integral llevó adelante la proyección del corto documental “Desobediente. Historia y lucha de Adriana Britos”.

Se trata de una producción desarrollada por Ornella Barone, Agustina Ortiz y Yaninn Yonn en el marco de la cátedra de Realización Audiovisual IV de la carrera de Cine y Televisión de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Córdoba.

“Para nosotras es muy importante poder difundir este material. Estamos muy agradecidas con Adriana, que nos abrió su corazón y su vida. Ella eligió el camino más difícil que es remover todos esos recuerdos buscando que haya nuevos desobedientes”.

El audiovisual cuenta la historia de Adriana Britos, referente en Córdoba del colectivo “Historias Desobedientes”, que reúne a hijos, hijas y familiares de genocidas que decidieron rebelarse contra esos lazos sanguíneos y abrazar las banderas de Memoria, Verdad y Justicia.

Adriana es hija desobediente del represor Hugo Cayetano Britos, ex comisario del D2 y condenado por crímenes de lesa humanidad en 2009.

“La desobediencia es un camino que se transita muchas veces en soledad dentro de la familia. Es muy difícil desobedecer al mandato natural de obediencia a madre y padre para decir ‘no estoy de acuerdo con lo que hiciste’ y decidir escindirse de la familia y seguir tu camino en soledad. Es un camino durísimo”, reconoció la mujer al momento del intercambio con el público tras la proyección.

De la charla panel también participó Fernando Albareda, ex militante de H.I.J.O.S. y referente de organismos de derechos humanos. Fernando es hijo de Ricardo Fermín Albareda, subcomisario de la policía de la provincia de Córdoba y militante del PRT. Su padre fue secuestrado el 25 de septiembre de 1979 y torturado en el centro clandestino conocido como “El Chalet de Hidráulica”, ubicado a la vera del lago San Roque. Permanece desaparecido. Fernando relató que encontrarse con Adriana y su historia generó en él un sentimiento “absolutamente reparador”.