(Foto: La Tinta) La Red de Derechos Humanos en Contextos de Encierro emitió un comunicado en el que denuncia la persistencia y agravamiento de las condiciones inhumanas dentro de las cárceles. Adriana Revoll, integrante de la organización, destacó que el hacinamiento en las unidades penitenciarias ha alcanzado niveles críticos, especialmente en las cárceles de Bower y Cruz del Eje.
Según el informe, en Cruz del Eje las celdas albergan hasta 12 personas en espacios reducidos, mientras que en Bower los internos duermen en condiciones de extrema precariedad, compartiendo pequeños espacios sin acceso a ventilación adecuada.
Además, se señala la falta recurrente de acceso al agua potable, un derecho humano básico, lo que se agrava durante las olas de calor. “Eso es algo que se da en todos los veranos y siempre nos contestan que van a poner cisternas nuevas; pero no cambia. Lo terrible es tener a las personas en esta situación, con estos días de extremo calor, sin una gota de agua”, describió.
Otro de los puntos críticos es la insalubridad de los establecimientos penitenciarios. Se reporta la proliferación de plagas como chinches, cucarachas y ratas, siendo especialmente grave el caso de Bower, construido sobre un basural. Los internos han denunciado la presencia de roedores incluso en los tanques de agua, lo que pone en riesgo la salud de la población carcelaria.
La situación sanitaria también es alarmante. La falta de atención médica adecuada ha llevado a que personas con enfermedades crónicas, como diabetes y tuberculosis, no reciban los tratamientos necesarios. Un caso emblemático es el de un interno que lleva seis años esperando una cirugía para retirar su bolsa de colostomía, la cual se encuentra infectada debido a la imposibilidad de acceder a cuidados básicos.
El 60% de la población carcelaria, sin condena
El comunicado también apunta a la responsabilidad del Poder Judicial en la crisis penitenciaria. Actualmente, más del 60% de la población carcelaria está en prisión preventiva, es decir, sin condena firme. Esta situación genera un grave problema de sobrepoblación y vulneración de derechos.
La Red de Derechos Humanos en Contextos de Encierro hace un llamado a las autoridades para que implementen políticas públicas orientadas a la prevención del delito mediante el acceso a educación, trabajo digno y espacios recreativos en los sectores más vulnerables. Asimismo, exigen la aplicación de medidas alternativas a la prisión para delitos menores y el respeto por los derechos humanos dentro de los penales.
«No se puede seguir encerrando gente en condiciones infrahumanas. Si el objetivo es la reinserción social, lo último que debería fomentarse es la violencia dentro de los penales», remarcó Revoll.
La crisis del sistema penitenciario, lejos de resolverse, se agrava con el paso del tiempo, dejando en evidencia una política de encierro que vulnera derechos y perpetúa la exclusión social.
“La cárcel no soluciona nada, la cárcel no sirve. Hacemos que las personas salgan más violentas, salgan peores de ahí adentro. Porque les da mucha bronca en las condiciones en que las tienen viviendo y nadie ve esa tortura diaria”, destacó.