«La agresión a la prensa tiene un objetivo claro: que nos callemos, que dejemos de contar»

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(Foto: Kaloian Santos) El gobierno de Javier Milei respondió con una violenta represión a la marcha de jubilados que reclamaban un aumento de emergencia, una protesta que contó con el respaldo de miles de hinchas de clubes de fútbol. Entre las víctimas de la brutal acción policial se encuentra el reportero gráfico Pablo Grillo, de 35 años, quien fue gravemente herido por una granada de gases que impactó en su cabeza mientras cubría la movilización.

Antes de las 17, horario de la convocatoria, fuerzas federales desplegadas en la zona del Congreso Nacional comenzaron a reprimir con gases lacrimógenos, balas de goma y carros hidrantes contra los manifestantes que se concentraban de manera pacífica. El operativo dejó más de 100 personas detenidas y al menos 20 heridos.

Diego Pietrafesa, secretario de Derechos Humanos del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA), denunció la existencia de una «represión planificada» por parte del gobierno nacional. En comunicación con VillaNos Radio, el dirigente sindical sostuvo que «este gobierno hace de la represión una política de Estado».

En este sentido, el dirigente subrayó: “La agresión a la prensa tiene un objetivo claro: que nos callemos, que dejemos de contar».

Además, criticó la cobertura mediática de los hechos, destacando que el único medio que retrató la agresión criminal a Grillo fue un medio cooperativo como lo es FM La Tribu. “Los medios tradicionales, que tienen mayores recursos, no registraron lo sucedido”, remarcó. 

En este contexto, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, minimizó la agresión al trabajador de prensa y lo calificó como un «militante K», lo que generó un fuerte rechazo. Pietrafesa consideró que «justificar una bala en la cabeza por afiliación partidaria es de la dictadura, no de la democracia».

El sindicalista también denunció la detención masiva de manifestantes y aseguró que «todas las personas arrestadas fueron liberadas por la justicia, que determinó que ninguna estaba armada». En este sentido, cuestionó la falta de pruebas sobre la presunta violencia de los manifestantes: «La Ciudad de Buenos Aires es el distrito con más cámaras de seguridad del país. Si realmente hubo armas en la marcha, ¿por qué no hay una sola imagen que lo demuestre?».

Pablo Grillo, minutos antes de recibir el impacto de la cápsula de gas lacrimógeno en la cabeza. Foto: Leandro Teysseire

Asimismo, se refirió a imágenes captadas por la televisión donde se observa a un efectivo policial arrojando un arma en la plaza y a patrulleros abandonados en medio de la manifestación, que posteriormente fueron incendiados. «Nos están tomando el pelo», denunció.

Finalmente, Pietrafesa remarcó la necesidad de defender el derecho a la protesta: «Protestar no es un delito. La represión y el silencio son la única garantía que tienen para imponer su plan de miseria planificada, como decía Rodolfo Walsh». Además, instó a la ciudadanía a no naturalizar estas prácticas: «Esto no es normal, y como decía Paulo Freire, las cosas no son así, están así, y nosotros queremos cambiarlas».