En una nueva resolución que refuerza lo que vecinxs y organizaciones socioambientales vienen reclamando desde hace años, el Ministerio de Ambiente de la Provincia ratificó que el humedal El Pantanillo, es una zona ambientalmente protegida. De este modo, queda prohibido avanzar en el cambio de uso del suelo y en cualquier intento de urbanización o desarrollo inmobiliario en el área.
Pablo Pereyra, integrante de la Asamblea en Defensa del Pantanillo, habló con VillaNos Radio y explicó que esta nueva resolución es el resultado de años de reclamos, pedidos de informes y denuncias por parte de vecinos y organizaciones. “Esto arranca en 2018, cuando de manera ilegal arrastraron todo el bosque nativo de esa zona, unas cuatro hectáreas aproximadamente, según informa el propio Ministerio”, relató.
Los hechos denunciados incluyen el desmonte ilegal del bosque nativo, el relleno del arroyo con escombros y, en 2020, la construcción también ilegal de una hormigonera sobre el humedal, en pleno confinamiento por la pandemia. “Cualquier persona que construya encima de un río o un humedal estaría presa. En este caso no pasó, pero eso fue lo que ocurrió”, afirmó Pereira.
La resolución reciente del Ministerio no solo reconoce las ilegalidades cometidas, sino que también anticipa la necesidad de iniciar un proceso de restauración ambiental. “La respuesta dice que se dispondrán acciones accesorias de reforestación del sitio afectado. Pero reforestar es muy difícil, porque para restaurar ese lugar hay que sacar toneladas de escombro y desmontar la hormigonera. Solo sería posible si la justicia actúa”, advirtió.
Pereyra detalló que este predio de 22 hectáreas incluye las nacientes del arroyo El Sauce, que fue tapado con dos metros de material de relleno. “Han arrasado con todo tipo de normativa vigente: la Ley de Bosques Nativos, la Ley General del Ambiente, la ley provincial, y hasta la Carta Orgánica Municipal”, denunció.
La Asamblea también ha pedido formalmente al Concejo de Representantes que derogue la ordenanza 7178, que habilita la cuarta etapa del Plan de Desarrollo Urbano Ambiental, permitiendo urbanizar esa zona. Hasta ahora, no han tenido respuestas concretas. “El pedido fue planteado al Concejo y al Defensor del Pueblo. Pero el Defensor solo respondió tarde y mal, lavándose las manos olímpicamente”, criticó.
En paralelo, la Asamblea realiza actividades informativas en los barrios. El pasado sábado 12 de abril, se organizó un recorrido por el predio afectado. “Nuestro objetivo es visibilizar lo que está pasando. Mucha gente no sabe que ahí había un arroyo, que lo taparon, que construyeron una hormigonera, que usaron el agua de manera ilegal”, explicó Pereira.
Además de la Asamblea, el reclamo cuenta con el apoyo de organizaciones ambientales de la región, como ADARSA y la ONG Educación, Ambiente y Trabajo. “Gracias al trabajo de ADARSA, un ex ministro de Ambiente como Raúl Costa terminó condenado por aprobar cosas ilegales. La impunidad no puede seguir”, recordó.
Pablo también apeló a la memoria colectiva: “Ahí había una cancha de carreras. Íbamos a pescar mojarritas. Era un lugar lleno de vida. Hoy está todo tapado con escombros. Me produce un dolor enorme. Pero también una alegría inmensa ver que cada vez somos más los que decidimos defender esto”.
Finalmente, advirtió que lo que ocurre en El Pantanillo es solo el comienzo. “La expansión urbana va hacia el oeste, donde están todas las subcuencas que desembocan en el Lago San Roque. Si no frenamos esto ahora, otros humedales como la Cuenca 28 o el Hueco Mayú también van a desaparecer”, concluyó.
La lucha por El Pantanillo no solo busca restaurar un ecosistema destruido, sino frenar un modelo de urbanización que avanza a costa del patrimonio ambiental de todos. La Asamblea promete seguir resistiendo. “Esto recién empieza”, aseguran.