Tras el fallecimiento del papa Francisco, distintas voces se suman para reflexionar sobre el alcance y el legado de su papado. En diálogo con VillaNos Radio, el sacerdote jesuita Rafael Velasco, exrector de la Universidad Católica de Córdoba y miembro de la Compañía de Jesús, compartió una mirada íntima y comprometida sobre el pontífice argentino y su impacto tanto dentro como fuera de la Iglesia Católica.
“Lo he querido mucho”, expresó Velasco con emoción. “Lo he conocido y he tenido un trato personal con él, pero además por lo que ha significado y significa para la Iglesia”. Su testimonio, cargado de afecto y gratitud, fue también una oportunidad para revisar la huella que dejó Francisco en estos años como líder espiritual de millones de personas.
Velasco destacó que desde el inicio, el papado de Jorge Mario Bergoglio se caracterizó por una apertura inédita, una disposición a escuchar y acercarse a los márgenes, tanto geográficos como existenciales. “Este Papa ha sido más valorado por los de afuera que por muchos del círculo de adentro”, señaló Velasco, remarcando la capacidad de Francisco para empatizar con quienes se sentían distantes de la institución. “Como Jesús, que llegaba a aquellos que parecía que estaban fuera”, comparó.
Uno de los ejes centrales de su legado, según Velasco, es haber devuelto la mirada de la Iglesia a su raíz más profunda: el Evangelio. “Hay que ser amigos de Jesús y hermanos entre nosotros”, dijo, y consideró que Francisco fue original justamente por volver a lo esencial. “Dejar de enredarse en cuestiones de doctrina, teología o liturgia, y estar cerca de Jesús y de los hermanos”.
Velasco subrayó que el Papa argentino insistió en poner a los pobres en el centro, con su célebre consigna de una “Iglesia pobre para los pobres”. También destacó su énfasis en el rostro compasivo de Dios: “Dios es compasión, bondad, misericordia”.
Pero la mirada de Francisco no se limitó al ámbito eclesial. “Hizo un gran favor a toda la humanidad”, dijo el jesuita, al referirse a la encíclica Laudato Si, un documento clave sobre el cuidado del ambiente. Francisco entendió que la crisis ecológica afecta especialmente a los más pobres y que es urgente replantear el sistema económico global. “La supervivencia de la humanidad y un modo de vida nuevo fueron parte de su mensaje”, recalcó.
Respecto al futuro, Velasco evitó hacer predicciones, aunque sí esbozó algunas expectativas. Recordó que cerca del 75% de los cardenales fueron designados por Francisco, lo cual podría influir en la elección de un sucesor con una orientación similar. “Eso podría garantizar que el rumbo continúe con sus matices”, sostuvo, aunque advirtió que existen sectores minoritarios pero fuertes que presionan por un retroceso en varios aspectos.
Consultado sobre la participación argentina en el próximo cónclave, Velasco informó que serán cuatro los cardenales del país con derecho a voto: Ángel Rossi (arzobispo de Córdoba), Vicente Bokalic (arzobispo de Santiago del Estero), Víctor Manuel Fernández (arzobispo de La Plata y actual prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe), y Mario Poli (arzobispo emérito de Buenos Aires). Sin embargo, descartó que el nuevo pontífice vuelva a ser argentino o jesuita.
Francisco dejó una impronta indeleble. Como afirma Velasco, “mandó a la Iglesia hacia afuera” y la invitó a no encerrarse. Su papado fue, en palabras del entrevistado, un llamado urgente a abrir puertas y a vivir el Evangelio en su dimensión más humana y liberadora.