La reciente exploración en el cañón submarino frente a la costa de Mar del Plata ha capturado la atención nacional. La investigación, llevada adelante por el CONICET con el respaldo del Smith Ocean Institute, permitió por primera vez conocer en detalle la flora y fauna de la plataforma submarina argentina mediante transmisiones en vivo por streaming.
Carla de Arzamendi, doctora en Ciencias Biológicas e investigadora del CONICET, formó parte del grupo de 25 científicos argentinos que participaron de la expedición. “Para nosotros fue increíble porque, si bien conocíamos muchas de las especies, nunca las habíamos visto en su hábitat”, comentó la científica en diálogo con VillaNos Radio.
“Poder ver en qué ambientes se desarrollan estas especies, las relaciones que a veces encontrábamos, todas esas cosas fueron increíbles para nosotros”, agregó, destacando interacciones sorprendentes como un pulpo cuidando sus huevos o langostas defendiendo a sus crías.
La exploración forma parte de un proyecto más amplio del GEMPA (Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina), que comenzó hace más de una década.
Arzamendi explicó que los estudios comenzaron en 2012 y en 2013. “Se hicieron tres campañas con el buque oceanográfico Puerto Deseado, que fueron las primeras exploraciones en esa zona de Argentina”, detalló. Desde entonces, lxs investigadores han trabajado en la identificación de especies a través de tesis de grado, doctorados y postdoctorados.
El Smith Ocean Institute brindó apoyo logístico a la expedición, pero la científica aclaró que “no tienen un fin de explotación; los datos que ellos toman con el barco son públicos, accesibles para cualquiera”. La investigación incluye, además de la biodiversidad, estudios sobre microplásticos y la química del agua.
Tras la expedición, el trabajo continúa con la sistematización de la información. “Ahora viene el trabajo más difícil”, señaló Arzamendi. Las muestras recolectadas permanecerán en Argentina, principalmente en el Museo Bernardino Rivadavia, y serán procesadas para identificar especies tanto mediante taxonomía tradicional como análisis de ADN.
El proyecto también tiene implicancias de soberanía y conservación: “Conocer nuestro mar nos da soberanía. Hay una frase muy conocida que dice ‘uno no defiende lo que no conoce’. Si no sabemos qué habita los mares argentinos, no sabemos qué perdemos ante un accidente petrolero o cualquier otra situación”, señaló la investigadora.
Además, destacó la importancia de visibilizar la labor científica: “Es un pequeño porcentaje de lo que se hace en investigación en Argentina, pero nos da la posibilidad de mostrar cómo trabajamos y la pasión que ponemos en lo que hacemos”.
A futuro, se esperan nuevas campañas en la región patagónica y otros estudios internacionales, aunque Arzamendi aclara que no hay campañas adicionales programadas con el Schmidt Ocean Institute por el momento.
La investigación ha cobrado relevancia en un contexto de críticas al financiamiento del CONICET. Arzamendi reflexionó sobre esta situación: “Nuestros proyectos están siendo desfinanciados, los sueldos están congelados y hay cada vez menos becarios. Es muy triste lo que estamos viviendo, pero esta investigación nos permitió mostrar al pueblo argentino un poco de lo que se hace en ciencia”.
La transmisión en vivo y el lenguaje accesible utilizado por lxs científicos permitieron acercar la exploración submarina a la sociedad, mostrando no sólo los secretos del mar argentino, sino también el trabajo y la pasión de quienes lo estudian.
Reconocimiento de la Legislatura
La Unicameral cordobesa declaró su beneplácito por la labor científica de los doctores y científicos cordobeses María Carla de Aranzamendi y Marcos Tatián, quienes forman parte del Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA, UNC-Conicet), destacando su participación en la expedición de exploración submarina en el Mar Argentino, a bordo de un buque del Schmidt Ocean Institute.
Según los fundamentos del proyecto, los científicos “han demostrado el talento y la dedicación de los profesionales formados en nuestra provincia, quienes contribuyen de manera crucial a la producción científica nacional e internacional”.
Durante el acto, la vicegobernadora y presidenta de la Legislatura, Myriam Prunotto expresó: “No se sientan desamparados, estamos todos juntos porque valoramos lo que ustedes hacen, porque los necesitamos, porque sabemos que, si queremos mantener superávit fiscal, tiene que ser con producción y con la nueva tecnología, para que en este mundo que nos atraviesa y que va tan rápido, en el que ustedes son un eslabón fundamental, sea un mundo mejor para todos”.

Por su parte, el legislador Miguel Siciliano (Hacemos Unidos por Córdoba), autor del proyecto dijo: “Este reconocimiento busca no solo honrar a dos científicos cordobeses de excelencia, sino también poner en valor el conocimiento, la innovación y, sobre todo, a la ciencia local y nacional. Hemos visto cómo han entusiasmado a miles y miles de personas con la curiosidad, con el buscar saber y conocer más, que es ni más ni menos que un motor para el progreso. Generar nuestros conocimientos es, en definitiva, más soberanía”.
En este sentido, Tatián expresó: “Este reconocimiento para nosotros es muy importante. Nosotros estamos tomando este reconocimiento, agradeciéndolo, pero también en nombre de una comunidad muy importante, de docentes, de investigadores y también de estudiantes que a lo largo del tiempo han acompañado estas experiencias. Esto creemos que es un logro de un colectivo de personas capacitadas al final”.
Durante el evento estuvieron presentes Gerardo Leynaud, director de IDEA; Gisela Bazzano, directora del Programa de Promoción científico-tecnológica (UNCiencia) junto a los legisladores Matías Gvozdenovich, Agustín Spaccesi, Karina Bruno, Dante Rossi, Mariano Lorenzo, Graciela Bisotto y Fernando Luna.
Para finalizar, Aranzamendi agradeció el reconocimiento y expresó: “La verdad es que me sorprendió, estoy muy contenta y agradecida porque es como el cierre de esta hermosa experiencia que tuvimos, logrando que mucha gente se haya conectado y para conocer un poco más lo que hacemos los científicos del Conicet”.