Este domingo 16 de noviembre se cumplen seis años del asesinato del periodista argentino Sebastián Moro, ocurrido en los primeros días del golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia, en 2019. Moro fue el primer comunicador en denunciar la violencia desatada en el país. Su familia vuelve a reclamar justicia en un escenario político adverso.
“Esta vez nos agarra con mucha angustia por esto que ha sucedido en Bolivia: la asunción del nuevo gobierno de derecha y la liberación de los dictadores del golpe de Estado”, expresó Melody Moro, hermana de Sebastián, en diálogo con VillaNos Radio.
Melody confirmó que esta semana comenzó en Bolivia el juicio penal por encubrimiento médico y responsabilidad de dueños de la clínica Rengel, donde Sebastián fue internado tras ser hallado inconsciente, tras recibir una feroz golpiza. La causa, explicó, “fue postergada en tres oportunidades”.
La principal imputada por la represión y los hechos vinculados al golpe, la expresidenta de facto Jeanine Áñez, fue recientemente liberada. Aun así, el juez del caso rechazó la prescripción solicitada por los abogados del personal médico. “El caso de Sebastián pertenece a lesa humanidad, tuvo que recordarles el juez”, destacó Melody. El próximo 28 de noviembre se realizará una nueva audiencia.
La familia perdió contacto con Sebastián el 9 de noviembre de 2019, día en que publicó su última nota titulada “Golpe de Estado en marcha en Bolivia”. Esa noche les advirtió que la situación estaba “muy convulsionada” y que al día siguiente no sabían “si amanecían con Evo presidente o no”.
Incomunicados con él y sus colegas —muchos de ellos perseguidos—, la familia pidió a un plomero de confianza que se acercara a su domicilio. El 10 de noviembre, primer día del golpe, sin transporte ni servicios básicos en las calles, el hombre encontró a Sebastián “en su cama, en estado semiinconsciente”.
Fue trasladado a la clínica Rengel, donde —según denuncia la familia— no se realizó la obligatoria denuncia policial por ingreso con golpes y se sucedieron graves negligencias médicas. “Lo amenazaban con quitarle el respirador, nos decían que tenía muerte cerebral”, relató Melody. Sebastián agonizó seis días y murió el 16 de noviembre.
La partida de defunción registró golpes, politraumatismos y desplazamiento de pulmón. Su familia fue obligada a cremar el cuerpo y no pudo realizarse una autopsia.
“No sabremos nunca quién le dio la golpiza”, admitió Melody, aunque afirmó que en esos días “había un plan sistemático del golpe de Estado”, con civiles armados que atacaban a la población. “Salían con alambre de púa, corrían a la gente con palos de béisbol”, dijo.
También señaló responsabilidades del gobierno argentino de Mauricio Macri, que envió municiones a Bolivia mientras se negaba el aterrizaje de un avión sanitario que pudiera trasladar a Sebastián. “No olvidamos. Para nosotras, el Estado argentino de esos años también es responsable”, subrayó.
La labor periodística en la mira
Moro trabajaba para medios bolivianos y argentinos, entre ellos Página/12, y cubría la escalada de violencia desde las elecciones del 20 de octubre de 2019. “Es el primer periodista en denunciar ante el mundo el golpe de Estado”, recordó Melody.
El periodista también integraba el equipo de comunicación de la Confederación Sindical de Trabajadores Campesinos e Indígenas de Bolivia. “Sebastián era un blanco directo, por ser periodista”, afirmó.
Para la familia, que la causa se mantenga abierta y encuadrada en lesa humanidad es clave en un país sin experiencia judicial en estos crímenes. “Bolivia nunca ha podido hacer juicio por lesa humanidad, no tienen formación en derechos humanos”, explicó Melody. La causa también cuenta con un expediente complementario en la Comisión Interamericana de Derecho Humanos.
Este 16 de noviembre los medios comunitarios Giramundo TV, La Mosquitera, Zona Crítica y Radio Comunitaria Cuyum, realizaron una transmisión especial para recordar a Sebastián. Melody valoró el apoyo: “Es como trabajar en familia. Nos hace bien escuchar todo ese amor y esa lucha necesaria”.
A seis años de su muerte, la familia Moro —Raquel, Penélope y Melody— continúa impulsando el reclamo de justicia. “Gracias por no olvidar”, fue el mensaje final de Melody al aire.
