“La COOPI y la muni son el día y la noche”, resume una trabajadora al ser consultada sobre qué balance hace del primer mes del servicio de agua en manos de la municipalidad.
El 30 de abril el municipio de Villa Carlos Paz asumió la prestación del servicio de agua, despojando a la Cooperativa Integral del servicio que la vio nacer. No hubo instancia judicial que frene la decisión unilateral e inconsulta del intendente Daniel Gómez Gesteira, gestada por su antecesor Esteban Avilés. Porque -vale reiterarlo una vez más- de esta iniciativa no participó ni el Concejo de Representantes ni mucho menos la ciudadanía.
En un mes el municipio de Villa Carlos Paz ha dado muestras del cambio de paradigma que pretende instalar en la gestión del agua: precarización, improvisación y mercantilización de un servicio público esencial.
La situación más grave es la de las y los 83 trabajadorxs de la COOPI que firmaron el traspaso y que al día de hoy aun no se les ha otorgado el alta temprana en AFIP.
A eso se suma la falta de herramientas, insumos y ropa de trabajo. “Trabajar en la COOPI y trabajar en la muni es muy distinto. Mientras que en la COOPI teníamos todas las cosas que necesitamos: herramientas, ropa, móviles. Acá en la muni no tenemos nada. No tenemos nada para tomarnos la temperatura a la mañana. No hay alcohol para higienizarnos. Ninguno tiene toda la ropa todavía. En mi caso, tengo una remera mangas cortas y una camisa. No tenemos herramientas. Es como que volvimos 30 años para atrás”, expresó uno de los trabajadores consultados.
Describió, además, que no tienen medios de movilidad. “En un vehículo se trasladan cinco personas; mientras que con la COOPI las cuadrillas se movían en dos móviles con solo dos trabajadores en el interior del vehículo. No hay móviles. Es todo muy complicado. Si les pedís alguna cosa, no te la compran. Todo es demasiado precario”, resumió.
Otro de los operarios insistió en la falta de herramientas. “Estamos llevando herramientas de nuestras casas para trabajar”, graficó y describió que les entregaron los borcegos recién a los 20 días.
“Yo considero que en el servicio está todo hecho, solo hay que cuidarlo. Así que tiene que funcionar. Hoy los están salvando los muchachos de la COOPI, que son los que saben arreglar los caños. El resto de los empleados que contrató la municipalidad, ninguno sabe nada de cañería y de agua”, añadió otro de los consultados.
Quienes tienen funciones administrativas, aún no se les han asignado tareas. “Nos presentamos todos los lunes en la municipalidad y nos dicen que, por el momento, todavía no tenemos tarea asignada y que debemos firmar la planilla de retiro hasta la semana que viene. Esto es una situación que a muchos nos genera malestar e incertidumbre. No estamos acostumbrados a pasar tanto tiempo sin desarrollar una tarea. En la COOPI trabajábamos todos los días y a mil revoluciones”, expresó.
Describió que aún no les han dado ropa de trabajo y que tampoco tienen un espacio físico donde desarrollar la tarea administrativa. Parte de la atención al público está compuesta por seis boxes de atención en el edificio municipal y no todos lxs trabajadorxs que hacían esta tarea en la COOPI están incluidxs allí.
En cuanto al vínculo contractual, el trabajador reconoció que siguen sin registrar, aunque sí se los ha reconocido como “empleados municipales efectivos, ni contratados ni planta permanente”. “Eso ya nos da un registro, sin constancia de alta en AFIP, pero se ha encaminado el tema de la obra social y todos tendremos cobertura en Apross. A mi entender, no es la obra social que más me satisfaga, pero ante la nada es mejor algo”.
Este martes 1 de junio, todxs lxs trabajadorxs percibieron la totalidad de sus sueldos, que les fue depositado en su cuenta bancaria. El hecho de que algunxs hayan estado sin desarrollar tarea es producto de la falta de organización municipal.
“Vamos a seguir peleando por la incorporación de más compañeros. Como mínimo deben ser 118, de acuerdo a lo que establecido la resolución del ministerio de trabajo de la provincia de Córdoba. Entendemos que ese número está muy por debajo de los 170 trabajadores que son necesarios para brindar un servicio de calidad como lo hacía la COOPI”.
A quienes tienen que realizar la lectura de los medidores, tampoco se les ha provisto de herramientas. “En la COOPI teníamos guantes, ropa de trabajo, pinzas, el captor que es un teléfono con un software especialmente diseñado para anotar las lecturas. Cuando pasamos a la municipalidad, la primera semana no tenían nada de eso. La ropa tampoco estaba”, precisó uno de los operarios.
“Nos dieron un destornillador y una pinza nomas. Los que somos lectureros deberíamos estar saliendo en estos primeros días de junio, pero todavía no tienen el sistema. Lo están armando. Pero tenemos que empezar a salir para que el mes que viene empiece a facturar la muni”, expresó otra de las trabajadoras y describió que tampoco les asignaron tarea. En lo que fue mayo solo realizaron algunas acciones de relevamiento en viviendas donde no estaba claro si contaban con conexión.
“En todo el mes yo trabajé un solo día. Con la excusa de las burbujas, de que no había ropa de trabajo o que faltan herramientas, no nos asignaron tareas. Menos mal que dijeron que tenían todo preparado desde diciembre”, expresó con ironía y añadió: “Todo ha sido a la bartola”.