La campaña “Amor no es turismo” nuclea a familias separadas por la pandemia que luchan por su reunificación y el respeto al derecho migratorio

El contexto mundial de la pandemia del coronavirus ha profundizado las dificultades de familias que se encuentran con algunos de sus integrantes en Argentina y sus parejas en otros países. Desde el movimiento “Amor no es turismo” buscan visibilizar la situación que están atravesando más de 250 familias en todo el país.

“Empezamos a juntarnos a través de las redes sociales para conformar grupos de acuerdo a donde se encontraban nuestras parejas. También, nos fuimos conformando en relación a quien quería ingresar al país o argentinos que querían ir a otros países”, contó a VillaNos Radio Guadalupe Gil, que vive en Carlos Paz y cuya pareja se encuentra en España.

En febrero del 2020 definieron iniciar una vida juntos, sin embargo, las medidas sanitarias establecidas para frenar el avance de la pandemia de coronavirus a nivel mundial frenaron ese proyecto. Su compañero tenía previsto viajar entre marzo y abril, pero el cierre de fronteras imposibilitó el viaje.

Recién en unos días va a ser posible concretar el reencuentro, que fue postergado por las disposiciones que establece la Dirección Nacional de Migraciones y las regulaciones que determinó el Consulado.

Son parejas binacionales, algunas casadas y otras no, que se encuentran en la situación de “presentar documentación para dar cuenta de que nuestra pareja es real y tenemos un proyecto de vida consolidado”, explicó. Estos trámites están atravesados por las definiciones de familia según cada país.

La campaña comenzó a denunciar los mecanismos de discriminación que operan en algunas de estas políticas migratorias: parejas que no son reconocidas por no estar casadas o poder acreditar un acta de convivencia, parejas diversas a las que les rechazaron la solicitud si no tenían ninguna validación de su unión, y requisitos más estrictos y costosos para personas de Asia, África o países árabes.

“Congregarnos como grupo nos lleva a defender el derecho migratorio como derecho humano y el concepto de familia que tenemos. Entendemos el contexto pandémico, pero también creemos que la reunificación familiar es necesaria y mucho más en un contexto de incertidumbre y tan delicado”, argumentó Guadalupe.

“Poder reunirnos con nuestros seres queridos es sumamente fundamental para nuestra salud y lo integral de nuestra salud”, subrayó.

Hay familias que llevan varios años con el trámite iniciado, pero quedaron desamparadas ante las nuevas medidas migratorias. “Llevaron a cabo su expediente de reunificación y no pueden acceder a la visa porque fue abierto previo a la pandemia. Tampoco pueden acceder a través de migraciones, porque los países necesitan el visado”, sentenció sobre las modificaciones establecidas por la Dirección Nacional de Migraciones.

Antes con la intervención del consulado, presentando la documentación se permitía el ingreso con una visa humanitaria.

Asimismo, la documentación que se demanda exige una exposición de la vida privada para acreditar el vínculo, dado que el Consulado de España en Córdoba les pide que presenten pruebas de que tienen una relación donde queda expuesta la vida privada de la pareja.

Otro punto de esta problemática es el costo de los diferentes trámites que ronda entre los 500 y los 850 dólares que tampoco son la garantía de que el reencuentro se pueda concretar, amplificando la incertidumbre que tienen las parejas. Hay dos maneras de ingresar: una es pagando una tasa consular de 850 dólares y la otra abonando una tasa migratoria de 9 mil pesos (las familias con el trámite iniciado previo a la pandemia no pueden aplicar a esta segunda modalidad).

Al costo de las tasas hay que sumarle el valor del vuelo, del test de PCR en el país de origen y al ingresar a Argentina. “Hay parejas que no han podido sostener esto y han tenido crisis. Somos personas, no un número ni un expediente y estamos luchando por poder juntarnos con nuestros familiares, enfatizó Guadalupe.

“Estamos pidiendo que la información sea lo mas clara posible que la cuestión migratoria se baje a las aerolíneas con precisión, que los familiares con sus expedientes abiertos puedan ser revisados y contempladas excepciones y se destraben los trámites burocráticos. El derecho migratorio y a la familia es un derecho humano y no puede ser avasallado”, manifestó.

Así como Guadalupe, son cientos de familias que están luchando por la reunificación y se congregaron en este movimiento. Tal es el caso de Lorena Lima Pertusati, que vive en Argentina desde hace 35 años, está casada con una persona de origen musulmán y tiene abierto un expediente hace tres años.

“Mi vínculo necesita un visado previo para ingresar a nuestro país y así sucede con muchas de las familias que están en el grupo con personas que necesitan entrar de la India, Egipto, Túnez, entonces se nos ve coartado este derecho. La mayoría hace dos, tres o cuatro años que estamos esperando. Muchos habíamos iniciado el trámite de reunificación familiar anterior a la pandemia y desde migraciones nunca se expidieron y en algunos casos lo hicieron de manera negativa”, detalló.

A su vez, denunció prácticas discriminatorias en las resoluciones migratorias: “Hay casos de uniones convivenciales que tampoco se las reconoce y de parejas del mismo género. Los consulados les responden que no pueden aplicar. Hay que tener en cuenta que está legalizado el matrimonio igualitario. Es claramente un acto discriminatorio hacia familias que hace años venimos luchando por la reunificación. Todos los que estamos en esta situación somos personas casadas con asiáticos, con árabes u homosexuales”.