“La sensación que tengo es que a pesar de todas las dificultades y en este contexto político tan adverso, este juicio abre las esperanzas de que la lucha por la justicia es posible y que solo es cuestión de empujarla”, señala convencido Luis Vitín Baronetto, uno de los querellante en la causa contra el ex secretario penal Carlos Otero Álvarez por 94 hechos de abuso de autoridad, incumplimiento de deberes de funcionario público y omisión de dar cuenta ante autoridades competentes de detenciones ilegales.
“Hace muchísimos años algún periodista la calificó como la causa maldita de la justicia federal porque hubo mucha complicidad, mucha demora, muchas triquiñuelas jurídicas y apartamientos para que no avanzara”, repasó Baronetto en diálogo con VillaNos Radio y recordó que los por los que está acusado Otero son los mismos que constituyeron la base del juicio a Jorge Rafael Videla y Luciano Benjamin Menendez junto a una veintena de policías y militares en el año 2010 en la Causa UP1.
En aquel momento, la Justicia Federal separó de ese bloque a los miembros del Poder Judicial que, en 2017, fueron juzgados en la causa que se conoció como “El juicio a los magistrados”. En ese juicio Otero Álvarez fue absuelto; pero en 2021, la Cámara de Casación anuló su absolución “por no contener los fundamentos jurídicos suficientes” y por “no resultar congruente con el cuadro de prueba” existente en la causa. Por ello ordenó el desarrollo de un nuevo juicio.
“El juicio a los magistrados fue uno de los más invisibilizados. La justicia misma lo recluyó, lo ocultó en una casona vieja, allí en el Tribunal 2, donde casi no hay espacio físico para que el público asista, con la intención evidentemente de que pasara lo más desapercibido posible”, subrayó Vitín.
La causa de Otero Álvarez tiene ahora el mismo espacio asignado, es por ello que el militante llamó a seguir de cerca las instancias de este juicio porque significa avanzar en el juzgamiento de la complicidad civil; y -nada más ni nada menos- que del Poder Judicial. “El protagonismo de la sociedad es imprescindible para cualquiera de estas acciones cuando se reclama justicia. Más cuando sabemos que el Poder Judicial tiene todo un mecanismo todavía medieval, burocrático y con mecanismos casi pensados para que la sociedad no se entere de nada, o para poder maniobrar y manejar los resultados de acuerdo a los intereses que se mueven detrás”, afirmó.
Se le atribuye al imputado -en su condición de secretario penal del Juzgado n° 1 de Córdoba-, no haber tomado conocimiento de distintos delitos denunciados entre 1975 y 1976. A saber: allanamientos ilegales, robos, privaciones de la libertad, tormentos, abusos sexuales, y homicidios- por personas que estaban siendo investigadas en la Justicia federal y el Departamento de Informaciones D2, cuyos autores materiales ya se encuentran condenados.
“Lo que se le achaca es que justamente porque el juez (Zamboni Ledesma) no investigó, él tenía más obligación aún de denunciar ante quien correspondía, en este caso otro juez, para que se investigara”, expresó Baronetto.
¿Cómo participar de las audiencias?
El juicio se desarrollará en los Tribunales Federales II, ubicados en Crisol 670, a dos cuadras de Plaza España. Para participar, se puede asistir con DNI.
Las audiencias se desarrollarán el 14 y 25 de noviembre, a las 9.30; el 5 de diciembre, a las 14.30; el 18 y 23 de diciembre, a las 9.30; y el 10 y 18 de febrero de 2025, a las 9.30.
El tribunal estará presidido por Facundo Zapiola (TOF 3, Córdoba); los vocales serán Mario Martínez (La Rioja), José Escobar Cello (Santa Fe) y Cristina Giordano (jueza sustituta, TOF 3, Córdoba).
Por el Ministerio Público Fiscal participarán Carlos Gonella (Fiscal General) y Facundo Trotta (Auxiliar), e integrantes de la Unidad de Asistencia para causas por violaciones a los Derechos Humanos durante el Terrorismo de Estado – Córdoba.
Las abogadas de la querella, en representación de las familias Pucheta, Vaca Narvaja y Baronetto, serán Adriana Gentile y Patricia Chalup; y los defensores particulares serán Julio Deheza y Marcelo Brito.